Ayer pude comprobar, que no
solamente estamos divididos los cristianos, si no que entre los mismos
católicos practicantes existen división.
Pude comprobar, que muchos
de ellos, ni siquiera se han detenido a pensar, en la diferencia radical que
existe entre evangelio y religión.
El teólogo José Comblin lo
dice de la forma más sencilla posible: "El evangelio viene de Jesucristo.
La religión no viene de Jesucristo". El evangelio expresa la voluntad de
Dios que busca al hombre. La religión expresa la voluntad del hombre que busca
a Dios. Por tanto, de entrada, evangelio y religión son dos movimientos
radicalmente contrapuestos.
El hecho es que, como dice
Comblin, las cosas han llegado a ponerse de manera que Jesús es más
"objeto de culto" que "modelo de seguimiento". Pero de
sobra sabemos que el culto no cambia la vida de la gente, sino que más bien la
tranquiliza. Sólo el seguimiento - que es lo que Jesús les pidió a los
discípulos - sería capaz de movilizar a la gente para reorganizar una Iglesia
más de acuerdo con el evangelio, aunque eso tuviera el enorme coste del
enfrentamiento con tantos elementos anticristianos que han marcado la cultura en
que vivimos.
En definitiva, se trata de
comprender y asumir que seguramente nos sobran ritos y ceremonias; y nos falta
la necesaria mística para seguir a Jesús.
Bajo el lema: "¿Es que
Cristo está dividido? (1 Cor. 1, 1-17)", terminamos hoy día 25 (
festividad de la conversión de San Pablo), la SEMANA DE ORACION POR LA UNIDAD
DE LOS CRISTIANOS.
Las enseñanzas que los
Apóstoles, nos transmitieron es la de ser compañeros de Jesús, predicar su
mensaje y especialmente ser Testigo del Resucitado. Pero ser Testigo del
Resucitado, no es sólo hablar, sino actuar. Y hoy, necesitamos más actuar, que
hablar.
Sólo el seguimiento - que es
lo que Jesús les pidió a los discípulos - sería capaz de movilizar a la gente
para reorganizar una Iglesia más de acuerdo con el evangelio.
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