Internet es, según el Papa
Francisco, un arma de doble filo, pues permite «mayores posibilidades de
encuentro y solidaridad entre todos», pero también puede llevar a «encerrarse
en una esfera de informaciones que sólo corresponda a nuestras ideas e
intereses».
Paradójicamente, el acceso a
internet a velocidades cada vez mayores «puede ayudarnos a
crecer o, por el contrario, a desorientarnos. El deseo de conexión digital
puede terminar aislándonos de nuestro prójimo, de las personas que
tenemos al lado».
El peligro de ese «autismo» digital es
que separa de la familia y también del mundo en que vivimos, «caracterizados
a nivel global por una escandalosa distancia entre el lujo de los más ricos y
la miseria de los más pobres». Ese aislamiento puede llevar a caminar por
nuestras ciudades sin advertir el contraste «entre la gente que vive en las
aceras y la luz resplandeciente de los escaparates».
En su mensaje para la Jornada
Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebra el 1 de junio, el
Papa invita a «recuperar un cierto sentido de lentitud y de
calma», pues «necesitamos ser pacientes si queremos entender a quién es
distinto de nosotros». A la vez promete que «si tenemos el genuino deseo
de escuchar a los otros, aprenderemos a mirar el mundo con ojos distintos».
El Papa insiste en
que «entre una Iglesia accidentada por salir a la calle y una Iglesia enferma
de autor referencialidad, prefiero sin duda la primera». Por eso invita a
salir sin miedo «a las calles digitales, pobladas de
humanidad, a menudo herida».
En todo caso, la Iglesia no
debe caer en «el bombardeo de mensajes religiosos» sino dar testimonio a través
de su «voluntad de donarse a los demás».
El mundo de la comunicación
y de los comunicadores es como la parábola del Buen samaritano. Según el Papa,
«cuando la comunicación tiene por objetivo prioritario inducir al consumo o la
manipulación de las personas» se comporta como los ladrones que
golpearon al viajero. En cambio, cuando se informa bien y se ayuda a las
personas, se comporta como el buen samaritano y favorece un mundo solidario.
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