La verdad que, nos encontramos ante un fin de AÑO lleno de celebraciones, que no nos da tiempo a pensar en todo.
Comenzamos ayer con la fiesta de la famiilia, para continuar mañana con el primer día del año 2012. Primer día del año civil, «¡Año Nuevo!», y la Jornada Mundial por la Paz, fiesta, ésta última, que aunque originalmente es una iniciativa eclesiástica católica, ha alcanzado una notable aceptación en la sociedad, gozando ya de un cierto estatuto civil. Litúrgicamente, mañana es también la fiesta de «Santa María Madre de Dios»; es también la «octava [los ocho días] de Navidad» y por tanto el recuerdo de «la circuncisión de Jesús», celebración judía que se celebraba al octavo día del nacimiento del niño, y en la que se le imponía el nombre.
Si ayer dedique mi reflexión a la familia, hoy será a la Jornada Mundial de la Paz, y mañana sobre la festividad liturgica.
El próximo domingo 1 de Enero, celebraremos las XLV Jornadas Mundial de la PAZ, bajo el lema:"EDUCAR A LOS JOVENES PARA LA JUSTICIA Y PARA LA PAZ". Lógicamente, este mensaje no lo dirige el Papa sólamente a los jóvenes. También y especialmente asi lo entiendo yo, a los padres, educadores, políticos, sacerdotes, es decir, a todos los responsables de la formación y educación de los jóvenes. Por que, lógicamente esos jóvenes se educaran en la verdad, en la libertad, en la justicia y en la paz, en la medida, que nosotros sus formadores acojamos esos valores en nuestras vidas.
Nuestra mirada está puesta en todos los jóvenes, por que ellos son la esperanza de futuro. De un futuro incierto y dificil para todos, pero especialemente para Uds. los jóvenes, tras escuchar que existe una generación perdida. Pero no olvidemos que, para educar a los jóvenes en la verdad, la libertad, la justicia y la paz, debemos empezar por escucharlos.
Por eso jóvenes, desde mi espíritu salesiano, os animo a que, desde vuestra libertad y desde vuestra fe en Cristo, ALZÉIS VUESTRA VOZ TAMBIÉN, MOSTRAR VUESTRAS INQUIETUDES, VUESTRAS ESPERANZAS, VUESTROS DESEOS. Que no sólo hablemos los mayores, sino que hableís también Uds., decirnos que queréis, incluso desde vuestra fe también que Iglesia necesitáis.
Por eso mi reflexion va a todos en las siguientes preguntas:
¿Estamos acogiendo la tarea que Jesús nos ha confiado de humanizar la vida o vivimos distraídos por otros intereses religiosos más secundarios?
¿Somos ese pueblo nuevo que Jesús quiere, dedicado a producir los frutos del reino o estamos decepcionando a Dios?
¿Vivimos trabajando por un mundo más humano?
¿Cómo estamos respondiendo desde el proyecto de Dios a las víctimas de la crisis económica y a los que mueren de hambre en otros continentes y desnutrición del ser humano en las guerras?
FELIZ AÑO NUEVO A TODOS.
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