En este día internacional contra la violencia de genero, creo que nosotros los crisitanos debemos de hacer una gran reflexión.
Pues los Evangelios están llenos de pasajes que muestran constantemente la preocupación de Jesús por los pobres y las mujeres. Son conmomedores los pasajes en los que Jesús iguala la dignidad de la mujer a la del hombre, en una época donde la mujer era esclava. Por ello, los seguidores de Jesucristo debemos de manifestar que el hombre y la mujer son iguales en dignidad; debemos de reivindicar la necesidad de redefinir la masculinidad y la feminidad desde otros parámetros distintos a los actuales, caminar hacia una cultura y educación que promueva otros valores como el amor, el respeto, la comprensión, el compartir vida y responsabilidades.
No se podrá romper la cadena de violencia sólo con medidas de carácter penal, sino que se necesita también una educación alternativa, basada en el amor, el respeto mutuo y la igualdad entre mujeres y hombres, que redefina la masculinidad y la femenidad desde valores solidarios.
Por eso la Iglesia debe unirse a todas las organizaciones sociales, para unir esfuerzos a los de todas aquellas personas y colectivos que trabajan para erradicar la violencia de género, haciendo posible una vida más digna para la mujer y el hombre. Sólo así será posible una sociedad más humana y más justa donde impere la paz y el amor.
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