sábado, 28 de noviembre de 2015

EVANGELIO DOMINGO 29 DE NOVIEMBRE 2015. PRIMER DOMINGO DEL TIEMPO ADVIENTO.

Evangelio según San Lucas 21, 25-28. 34-36.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.
Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre.»

COMENTARIO.-

Con este domingo comenzamos un nuevo año litúrgico. El año litúrgico, por lo tanto no coincide con el año civil. Sino que este empieza cuatro semanas antes de la Navidad. A este tiempo litúrgico de cuatro semanas se le llama ADVIENTO. “Adviento” significa: “venida, llegada”.

Estas cuatro semanas están pensadas para que los cristianos nos preparemos para conmemorar la venida de Jesús al mundo. Y ¿de qué se trata esto?

En primer lugar se trata de ir pensando que el día de Navidad recordaremos que Dios, en Jesús, se hizo presente en la historia de la humanidad. Y que desde el mismo instante en que Dios entra a formar parte de la historia de la humanidad en la persona de Jesús, esto debe de desencadenar en nosotros los seguidores de Jesús, una nueva forma de entender la religión y la vida.

La religión con Jesús no está en los templos solamente, sino que la religión con Jesús está y debe de estar presente en el mundo. Y en la vida siendo testigos de la esperanza que vamos a recibir en Él, actuando con honradez y responsabilidad en todos los ámbitos sociales.

Lo Importante durante este tiempo es caer en la cuenta de que no es lo mismo hablar de Adviento, lo que viene “desde de arriba”, que de Futuro, lo que viene “desde abajo”. En el primer caso hablamos de “portentos divinos”. En el segundo caso, nos referimos a “responsabilidades humanas”. Como es lógico, las religiones tienen tendencia a insistir más en la necesidad de la “intervención de los dioses” que de la “historia de los hombres”. Ahora bien, si algo dejó claro el Evangelio es que el mundo se arregla mediante la “responsabilidad histórica” y no esperando “apariciones divinas”. La Navidad nos enseña que la idea fundante del cristianismo se centra en afirmar que Dios, en Jesús, entró en la historia de los hombres para enseñarnos que lo decisivo es actuar con honradez y responsabilidad para humanizar esta historia nuestra. (Castillo)

De aquí que el Adviento, debe de suponer también para nosotros una preparación para la llegada al realismo de Jesús en los tiempos que nos ha tocado vivir. Estamos viviendo unos momentos difíciles a nivel mundial en todos los ámbitos, políticos, sociales, económico, militares, religiosos.

Por eso, las palabras que escuchamos hoy, después de muchos siglos, no están dirigidas a otros destinatarios. Son llamadas que hemos de escuchar los que vivimos ahora en la Iglesia de Jesús, en medio de las dificultades e incertidumbres de estos tiempos.

La Iglesia actual marcha a veces como una anciana «encorvada» por el peso de los siglos, las luchas y trabajos del pasado. «Con la cabeza baja», consciente de sus errores y pecados, sin poder mostrar con orgullo la gloria y el poder de otros tiempos.

Es el momento de escuchar la llamada que Jesús nos hace a todos.

«Levantaos», animaos unos a otros. «Alzad la cabeza» con confianza. No miréis al futuro solo desde vuestros cálculos y previsiones. «Se acerca vuestra liberación». Un día ya no viviréis encorvados, oprimidos ni tentados por el desaliento. Jesucristo es vuestro Liberador. (Pagola)

Por eso deberíamos preguntarnos en este Adviento, dentro del año que la comunidad católica va a dedicar a la MISERICORDIA : - ¿Es posible contagiar la fe en este mundo, sin estar nosotros en el mundo?,- ¿Es posible llevar el Evangelio al mundo, ignorando los pensamientos, los sentimientos de los hombres y mujeres que nos rodean en este mundo?, - ¿No es un error, dar respuestas de otros tiempos y momentos?

Invitemos en nuestras parroquias, comunidades, hermandades, a nuestros hermanos a vivir el Adviento. Lleguemos todos unidos a la Navidad, recibamos todos esa Navidad, como una revolución de valores.


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