Transcurrida una semana de
los atentados de Paris. Las condenas siguen siendo unánimes y suceden, a
porfía. Una masacre inhumana. Un atentado contra la humanidad.
A estas condenas, se suceden
también las condenas reaccionarías de declaraciones de guerra. La verdad sea
dicha que me inquieta profundamente la reacción del gobierno francés y de las
demás potencias mundiales ante la decisión de: los bombardeos de Raqqa. Y digo
que me inquieta porque es el combate de la civilización contra la barbarie
humana.
Lógicamente sé que por otro
lado es legítima la defensa de los ciudadanos que viven en un estado de
libertades establecido por ellos. Pero, ¿acaso intimidarán nuestras
demostraciones de fuerza a los que no conocen el miedo?
El problema en estos
momentos son las fuerzas de las armas, pero aquí tendríamos que pregúntanos: ¿Quién
creó, financió y entrenó a Al Qaeda para combatir a Rusia? ¿Y quién concibió y
sigue sosteniendo en la sombra al Estado Islámico para desestabilizar todo el
Oriente Medio y sacar mayor provecho? ¿No se sientan en el G 20 de los grandes
del mundo algunos gobiernos amigos de países, Arabia Saudí en cabeza, en los
que encuentran soporte ideológico y financiero los yihadistas que nos combaten
y que decimos combatir?
La solución está en la
humanización del ser humano. Una vez más, ciertos grupos religioso, al igual
que a lo largo de toda la historia humana, han utilizado la religión no para
humanizar al hombre sino para deshumanizarlo y ser devorador de su misma especie.
Por eso cuando una religión
no humaniza al hombre, eso no es religión ni es nada.
Amigos y amigas musulmanas,
de vosotros depende en buena medida que en nuestro mundo se realicen la
Libertad, la Igualdad y la Fraternidad que también proclamó el Profeta, la paz
sea con él, con vosotros, con nosotros. Somos hermanos.
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