A nada más que, sea hagamos una breve lectura de los Evangelios,
seguro que existe una expresión que, no pasa sin que nos llame la atención, aunque
sea por una sola vez leída: “No podéis servir a dos señores…….No podéis servir
a Dios y al dinero” (Mt 6, 24). Este mensaje transmitía Jesús a sus discípulos
y este mensaje ha sido transmitido a lo largo de los tiempos en la comunidad
cristiana.
Dos mil años, llevan parte de la humanidad escuchando estas
frases y para nada. Jesús fue tajante: el servicio a Dios y el servicio al
dinero son incompatible. Porque, el Dios de Jesús quiere que los bienes de este
mundo se gestionen de forma que haya para todos, para que nadie viva agobiado,
ni por la comida, ni el vestido, ni la casa donde vivir. En cambio, el dinero
le ha ganado la partida a Dios. Y todo esto viene a consecuencia del post anterior.
A catorce días del inicio del año sobre la reflexión de
nuestra fe, resulta que según esa fe:” Los sacramentos —en la teología de la Iglesia
católica — son signos sensibles y eficaces de la gracia invisible de Dios a
través de los cuales se otorga la vida divina, es decir, ofrecen al creyente el
ser hijos de Dios.
Lógicamente, los sacramentos en la Iglesia de Alemania y
posiblemente en la de la Iglesia Universal, ya que el decreto esta firmado por
el Vaticano; ya no son signos sensibles de la gracia de Dios, si no del Dinero.
El dinero, al final le ha ganado la partida a Dios en su Iglesia, en su pueblo.
El dinero, le ha ganado la partida a Dios y a la religión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario