viernes, 23 de enero de 2015

LAS COMUNIDADES CATÓLICAS DEBEN CREAR PUENTES DE UNIÓN EN CRISTO.

Finaliza mañana la semana de oración por la unidad de los cristianos que hemos celebrado bajo el lema: "Jesús le dice: “Dame de Beber" (Jn. 4, 7). Creo que estos acontecimientos que vivimos dentro de las comunidades cristianas, nos debe de servir también a todos los católicos, para reflexionar que desde los comienzos de la Iglesia, ha tenido sus conflictos internos, pero que siempre ha sabido superar, creando puentes de unión en Cristo.

Podemos recordar esa Iglesia inicial a los pies de Santiago en su entorno judeocristiano, a la Iglesia renovadora de Pedro en la comunidad de Antioquia y a la eclesiología radical de Pablo. Para continuar con, la expansionante Iglesia que nace con el emperador Constantino, convirtiéndose el cristianismo como la religión oficial del estado. Para llegar a la Iglesia Medieval de los grandes templos y reformas protestantes. Como consecuencia de todas estas circunstancias, es la formación de una Iglesia societaria, que ha llegado hasta nuestros tiempos. Una Iglesia que sea identificado con el Papa, los Obispos, los Curas, las Monjas, etc.. y donde los demás creyentes estaban a ser el rebaño.

Para llegar al concepto de la Iglesia como Pueblo de Dios y de su pertenencia por igual a Él de todos los bautizados que surgió del concilio Vaticano II.

Se pertenece a Iglesia por el puro y simple hecho de ser bautizados, y por este ello, todos somos corresponsables dentro de la comunidad eclesial. Es decir, todos sus miembros sin distinción, están obligados a ser testigo de la esperanza recibida, todos estamos llamados a la construcción del Reino de Dios.

Existe claras diferencia entre grupos, comunidades católicas, que no comparten los principios del Concilio. Dando esto lugar, a ciertas diferencias entre las comunidades. Lo cual, no tiene importancia, pues como he dicho antes, desde los inicios de la Iglesia, han existido las diferencias. El problema está, cuando por parte de ciertos grupos, se intenta imponer sus criterios y cerrando los puentes de unión en Cristo, llevando este comportamiento al fundamentalismo en algunas ocasiones.

Esta semana de la unidad de los cristianos, los católicos, debemos comprender que, el Pueblo de Dios, está formado por distintas comunidades pero en la misma comunión de Cristo. Un Pueblo de Dios, donde todos somos evangelizados, para poder evangelizar.

Desde mi punto de vista, lo dicho anteriormente, es importante en la comunidad eclesial, porque de la calidad testimonial de la cual seamos capaces de dar como Iglesia, depende que los hombres y mujeres que, nos rodean, acojan o rechacen el mensaje que ofrecemos.


Por eso confirmar nuestra fe en la comunidad eclesial, es pedir nuestro sitio en ella, es pedir nuestro derecho como miembro de ella, pero al mismo tiempo, es también pedir nuestra obligaciones en ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario