sábado, 19 de enero de 2013

EVANGELIO DOMINGO 20 DE ENERO DE 2013. SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO.

Evangelio según San Juan 2, 1-11.


En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: - «No les queda vino.»
Jesús le contestó: - «Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora.»
Su madre dijo a los sirvientes:- «Haced lo que él diga.»
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dijo: - «Llenad las tinajas de agua.»
Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les mandó: - «Sacad ahora y llevádselo al mayordomo.»
Ellos se lo llevaron.
El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo: - «Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora. »
Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él.

COMENTARIO.-

El texto del Evangelio de este domingo termina diciendo:” en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él”. Y este es verdaderamente el mensaje que el evangelista nos quiere transmitir. Es a partir de esta boda, cuando Jesús empieza su vida pública, sus enseñanzas para que todos juntos vayamos en la dirección de la construcción del Reino de Dios.

Cuando se nos ha explicado este texto, se nos ha hecho mucho hincapié, en la transformación del agua en vino, en el milagro, quedándonos verdaderamente en ese hecho. Claro reflejo de intentar comprender el mensaje al píe de la letra.

Independiente de la realidad de la conversión del agua en vino, lo que el evangelista nos quiere describir con este texto, es la invitación a todos a participar en la gran fiesta que Jesús nos trae. Ya que, la escena tiene un carácter claramente simbólico. Ni la esposa ni el esposo tienen rostro: no hablan ni actúan. El único importante es un «invitado» que se llama Jesús.

Ayer comenzamos a vivir la semana de oración por la unidad de los cristianos, bajo el lema: "¿Qué exige el Señor de nosotros?. El mensaje de este evangelio es claro, la comunidad que nace de Jesús, es una comunidad de unidad, de alegría, de amor, de humanidad, de entrega, de compartir, en un solo Dios. La comunidad que nace de Jesús, no puede ser una comunidad de normas, leyes y dogmas que no dejen vivir la alegría de un Dios que se humanizo en Jesús, un Dios de verdadero Amor.

¿Cómo podemos pretender seguir a Jesús sin manifestar más entre nosotros la alegría y el amor?, ¿hasta cuándo vamos a conservar en nuestra Iglesia una fe triste y aburrida, sin mirar a los signos de los tiempos?. Nada puede ser más triste que decir de una comunidad cristiana: no les queda alegría ni esperanza.

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4 comentarios:

  1. Me gusta esta visión del Evangelio como algo que nos invita a ser felices y la Iglesia como un lugar donde se celebra una fiesta. Un saludo.

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  2. gracias me sirvio mucho para mi tarea del evangelio jejeje

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  3. Para mi pertenecer a la Iglesia siempre ha sido motivo de alegría y amor. La fe de la Iglesia es en la profundizo y afirmo mi propia fe.

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  4. Lo que me ha "tocado" de este evangelio mediante el comentario ha sido la invitación que Dios nos trae a participar en la gran fiesta que Él nos trae, una llamda a la ALEGRIA

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