El día 2 de febrero es la fiesta de la Presentación del Señor en el templo, como he dejado comentado en el post anterior, el cual ruego que leean también con el fin de poder abrir paso en este.
Pero desde el año 1997, y en esta misma festividad de la Presentación del Señor en el Templo, y por iniciativa del Juan Pablo II, la Iglesia, celebra también en este día, la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Con el objeto de que, en este día, reflexionemos, pensemos y miremos a la vida consagrada y a cada uno de sus miembros como un don de Dios a la Iglesia y a la humanidad.
El lema escogido para este año es: «VEN Y SÍGUEME». VIDA CONSAGRADA Y NUEVA EVANGELIZACION. Aunque, el lema invita a venir y seguir la vida consagrada, dentro del nuevo proyecto de evangelización. Es verdad, que en la cabeza de todos, está más, la preocupación por la falta de vocaciones en la vida consagrada y, el despoblamiento de nuestras congrecaciones.
Que nuestros conventos están mermados en número, y en altas edades de las personas que los habitan, es una realidad palpable. Esto nos hace pensar obsesionadamente en su futuro y pedimos a Dios nuevas vocaciones. Lo cual, me parece correcto. Pero creo, que también debemos aprovechar esta jornada para dejarnos iluminar por el Espíritu Santo como Simeon y Ana según nos relata el evangelio de la liturgia de hoy.
Jesús nació y fue educado en una religión de ritos, observancias y purificaciones sagradas. Él no propuso una religión nueva, sino un nuevo estilo de vida, dentro de su religión. Un estilo de vida que, no fue aceptado y dio lugar a los seguidores de Cristo, naciendo el cristianismo. Dentro del cristianismo y a sus pocos siglos de existencia (S.III), nació el monaquismo. Donde un grupo de hombres y de mujeres buscaron una manera de ser “diferente”que les permitiera romper con todos los condicionamientos políticos, sociales, económicos y culturales.
Y asi, a lo largo de la historia de la Iglesia, el Pueblo de Dios, ha ido configurando una serie de carismas y espiritualidades en órdenes religiosas, cuyos miembros han deseado un objetivo común, dedicar formalmente su vida a Dios. Espiritualidades, que nacieron en una mentalidad, de un tiempo concreto.
Por eso, inmerso en esa misma historia de la humanidad, y siendo consciente de que nuestra misión es hacer de Cristo "luz para alumbrar a las naciones y gloria del pueblo de Dios", debemos de aprovechemos esta jornada para dejarnos iluminar por el Espíritu Santo, y hacer una lectura más profética de nuestro horizonte y preguntarnos:
- ¿ Qué caminos está tratando de abrir hoy Dios para encontrarse con sus hijos e hijas en esta sociedad ?.
- ¿ Qué llamadas está haciendo Dios a la Iglesia de hoy para transformar nuestra manera tradicional de pensar, vivir, celebrar y comunicar la fe, de modo que propiciemos su acción en la sociedad moderna ?.
LA NUEVA EVANGELIZACIÓN, REQUIERE NUEVOS EVANGELIZADORES, NUEVAS VIDAS, NUEVOS VINOS EN ODRES NUEVOS.
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