miércoles, 25 de agosto de 2010

IGLESIAS CERRADAS, UNA HERIDA EN EL CUERPO DE CRISTO

Iglesias cerradas, una herida en el cuerpo de Cristo
El combate de la oración, según el cardenal Schönborn

ARS, jueves, 1 octubre 2009 - “Es una grave herida en el Cuerpo de Cristo que las iglesias tengan las puertas cerradas”, observó el cardenal Christoph Schönborn, op, arzobispo de Viena, que dió este miércoles su tercera meditación sobre el tema “Oración y combate espiritual”, en el retiro sacerdotal internacional en Ars, en el marco del Año Sacerdotal.

El combate por excelencia, afirmó, es el “combate de la oración”, pero el combate de la oración “es también la cuestión del lugar de la oración”.

El cura de Ars, instruyendo a sus parroquianos, exclamaba mirando al tabernáculo: “¡El está ahí, está ahí!”. Esta es para nosotros, subrayó el predicador, una “invitación constante a aprovecharnos de ello”.

Sin embargo, reconoció, “en Austria, mantenemos una lucha constante para conservar nuestras iglesias abiertas, accesibles a los fieles y a los otros que buscan, pues es una grave herida en el Cuerpo de Cristo que las iglesias tengan las puertas cerradas”.

“Haced todo lo posible, y lo imposible –recomendó el cardenal Schönborn--, para permitir a los fieles y a las personas que buscan a Dios –y que Dios espera- tener acceso a Jesús en la Eucaristía: ¡no cerréis las puertas de vuestras iglesias, por favor!”.

“¡No lo comprendo –insistió el arzobispo de Viena--, esto no es soportable! Mucha gente no va ya a misa, es demasiado complicado para ellos, no saben más, esto se les ha hecho extraño, pero se constata una cosa: vienen a la iglesia si está abierta, para encender una vela, sí, o la abuela viene con sus nietos, no van a misa pero vienen a encender una vela ante la Virgen que les acogerá. ¡Dejemos nuestras iglesias abiertas!”.

Y añade: “¡No es malo que el sacerdote sea sorprendido en flagrante delito de oración ante el tabernáculo!”.

El cardenal austríaco confió a sus hermanos sacerdotes del mundo entero este recuerdo de infancia: “En Vorarlberg, por la tarde, había una luz en la iglesia: era el señor cura que rezaba allí. Esto quedó grabado en mi memoria”.

Y concluyó: “El combate de la oración es verdaderamente el combate de nuestra vida”.


He recibido varias veces este artículo, en distintos días y especialmente de parte de un gran AMIGO y de varios más. No sé, si con la intención de saber mi opinión sobre el artículo o con la intención de que Yo reflexione sobre algunos de mis pensamientos.


La primera conclusión que yo saco de este artículo, es que posiblemente nuestros templos no son ya hoy, el lugar de encuentro con Dios y los hermanos. Posiblemente por que en esos templos no existen encuentros humanos, ya que hemos convertido nuestros templos en el punto de encuentro sacramental solamente y no en el punto de encuentro y acogida de todos los hijos de Dios. Es decir, el lugar de encuentro con Dios no es un espacio geográfico ( el templo ), sino el espacio humano que se crea del encuentro entre las personas. Donde los humanos nos encontramos, nos comunicamos, convivimos y nos unimos, y nos preocupamos de los enfermos, ancianos, parados, necesitados de las cosas materiales y espirituales, ahí es donde se encuentra Dios, y ahí es donde Jesús nos enseño a encontrar a Dios y a Él, " Donde dos o más están reunidos en mi nombre ahí estoy Yo ". Pero si en nuestros templos no existe esa relación humana, no existe una comunidad, es posible que no encontremos a Dios y se busque en otro lado. Por eso seria importante plantarse, muy bien: " LA PARROQUIA LA CASA DE LA FAMILIA CRISTIANA ", no solo como el lugar donde celebramos nuestra fe, sino el lugar abierto al diálogo, al estudio, a la reflexión, a la comunicación, a la ayuda....

Por otro lado, si creemos que por tener abieto más nuestros templos, estos van a estar más llenos. Creo que es absurdo pensar eso en función de lo que he dicho anteriormente. Posiblemente hemos perdido la vivencia sacramental, motivada por la expedición de los sacramentos como un billete de lotería, previo pago del servicio religioso, y no como un encuentro vivenciar de nuestra fe. Además de crear la conciencia de una obligación, bajo la culpa del pecado en lugar de un encuentro voluntario y comprometido.

- ¿ Es la liturgia que venimos repitiendo desde siglos la que mejor puede ayudar en estos tiempos a los creyentes a vivir lo que vivó Jesús, y recapitular para que vivó y murió ?

- ¿ Estamos seguros de estar haciendo hoy bien lo que Jesús quiso que hiciéramos en memoria suya ?


La segunda conclusión es referente al tema de la oración. A nada más que realizemos una breve lectura de los evangelios. Podremos observar que Jesús se va a un lugar solitario a orar ya antes del amanecer, o al terminar el día, prolongando la oración hasta gran parte de la noche. Las mismas fuentes evangélicas dejan entrever que también durante su jornada de actividad seguía viviendo en comunión con el Padre. Se nos dice que, en cierta ocasión, al descubrir que los letrados y entendidos se cerraban al mensaje del Reino, mientras los más pequeños e ignorantes lo acogían con fe sencilla, de lo más hondo de su ser brotó una bendición gozosa al Padre. Jesús se alegra de que Dios sea tan bueno con los pequeños. No hay por qué esperar a la noche para bendecirlo. Allí mismo, en medio de la gente, proclama ante todos su alabanza a Dios: " Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios y entendidos y las has dado a conocer a los sencillos. Sí Padre, así te ha parecido bien ".(1).

La cuestión es, somos nosotros capaces de dar gracias a Dios en medio de la gente como Jesús. Pues de que nos sirve acudir al templo a dar gracias a Dios, si después en medio de la gente lo ignoramos.

Y para concluir demos un toque al título de la conferencia del cardenal Schönborn:" Iglesias cerradas, una herida en el cuerpo de Cristo ".
Querido cardenal, efectivamente, si la Iglesia como verdadero Pueblo de Dios, se cierra a manifestar el mensaje de Jesucristo en función de los signos de los tiempos, posiblemente estemos profundizando las heridas que ya se le causaron a Cristo. Ahora bien querido cardenal si los templos ( Iglesias ) permanecen cerradas, no creo que le causemos mucho dolor a Cristo, pues de nada sirve visitarlo en el sagrario, si después no visitamos a los CRISTOS VIVOS que tenemos por las calles.





(1). Lucas 10, 21; Mateo 11, 25- 26. Jesús, aproximación histórica. J.A. Pagola.

2 comentarios:

  1. Felicidades. muy buena relfexión sobre todo la del título. Es la primera vez que le leo, y me ha gustado mucho su formar de ver las cosas.

    Emilia Ramirez Pérez

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  2. Mira Rafa.

    Don Enrique, mi amigo cura obrero de Pedrera, es criticado duramente por muchos que no están de acuerdo con su modo de hacer las cosas o de llevar su parroquia. Discrepando con él en algunas cosas, si me maravillo de algo. Enrique, nunca ha hecho de su parroquia una maquina de hacer dinero. Que nadie se sorprenda porque hay parroquias que son verdaderas maquinas de hacer Euros. Simplemente es así y no es ni una desgracia ni un escándalo, pues estas parroquias “ricas”, suelen colaborar en el sostenimiento de las pobres. Con esto admito que Enrique, cuando alguien solicita un documento oficial de la iglesia, o acude a un sacramento o realiza alguna acción en la iglesia, suele apostar por el que cada cual de lo que pueda. Pues hay que dar gratis lo que gratis se ha recibido.

    Esta actitud, todo el que la observa la deriva hacia el culto religioso, realizando en la comunidad la impresión de que no solo se trata de sacarte los cuartos. A este asunto le aplicamos que la estructura de las iglesias ha quedado desfasada. Me refiero a, presbiterado en alto y en el sillón sedente y el pueblo siempre siempre abajo. Aun recuerdo una iglesia a explotar de gente y el cura gritando para que las personas no invadieran el presbiterio, reservado a él mismo, hay que ser imbécil para mantener esta actitud y luego predicar la paz, justicia y fraternidad evangélicas.
    Creo firmemente que los gestos son muy importantes, y mientras el pueblo no sea tratado con la igualdad de la jerarquía andaremos mal. Las iglesias por otro lado sino es por el gobierno de turno casi se caen a pedazos. La mayoría estas realizadas hace muchos siglos cuando el gentío ignorante y sin formación minima acudía a la iglesia a escuchar palabras ininteligibles yt ver una gran representación protocolaria.

    Me gusta lo que dices del memorial. Es un gran problema este, porque el memorial es memorial, para realizarlo y renovarlo. Memorial como creen algunos no es ceñirte exclusivamente al Misal Romano, cercenando la expresión impulsiva de la comunidad y del presbítero, que en la mayoría de los casos debiera expresarse para enriquecer la celebración.
    El memorial no es estático e inamovible. Al uso de este tema me permito copiar algo del tema escrito y desarrollado por mí en la escuela de teología respecto de la asignatura la oración y con esto me despido.

    “[…]Si aquella unión de doce amigos fue efectivamente fraternal, Jesús nos deja dicho que espera de nosotros, la repetición de ese “ZIKKARON”=MEMORIAL:
    1Cor 11,24 “dio gracias, lo partió y dijo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía".

    La memoria en la concepción de los judíos –y Jesús lo era-, es la celebración conmemorativa de un acontecimiento del pasado que se hace presente en la comunidad celebrante, la cual toma parte en el acontecimiento y en la salvación que el acontecimiento anuncia. Por tanto, el “memorial” no es un mero recuerdo de lo que pasó, sino que es la actualización del hecho que se recuerda. Y, ¿cuál era el recuerdo de los amigos más cercanos de Jesús?. ¿Qué era aquello que mantenían con más frescura en su retina?. Sin lugar a dudas no podemos estar en la mente de ellos, pero por sus enseñanzas advertimos que el acontecimiento de la nueva economía de la salvación –te salvas porque amas y no porque cumples la ley-, y la contemplación de un Dios que es amor de padre, fueron sin lugar a dudas aquello con lo que quedaron marcados, ya que como judíos, no tenían esa concepción de Dios.[…]”

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