Para comprender el evangelio
del próximo domingo, es conveniente que nos detengamos un poco en la figura de
Juan el Bautista. Porque para entender, cuál será la misión de Jesús, es
importante empezar por Juan Bautista, que tuvo la misión de "preparar los
caminos del Señor" (Mc 1, 3; Is 40, 3).
La importancia de Juan
Bautista, en los evangelios, radica en que este personaje singular presenta las
claves que explican lo que realmente representó la figura de Jesús, su vida, su
mensaje y su destino final. Desde este punto de vista, lo primero que salta a
la vista es que Juan fue un “hombre marginal” en la sociedad y en la religión
judía de aquel tiempo. Es decir, Juan vivió en los márgenes de aquella sociedad
y de aquella religión. El sitio en que vivió (el desierto), su forma de vestir
(vestimenta y comida estrafalaria), su mensaje de denuncia que le enfrentó con
los poderes, tantos religiosos como políticos. Todo eso indica a las claras que
Juan no fue un hombre integrado en el sistema, sino “auto-excluido” de aquel
sistema de poderes y creencias. Esto es lo más patente que se advierte en la
vida de Juan Bautista (Castillo).
Juan vivió así porque así
vivieron los “grandes profetas” de Israel, hombres que vivieron en los límites
e incluso fuera de los límites de aquella sociedad. Los profetas bíblicos
presentaron y propusieron un “mundo alternativo”: otra forma de ver la vida,
otros valores, otros criterios. Por eso, los profetas “trataron con reyes,
profetas y sacerdotes; pero, al hablar de un mundo alternativo, no decían lo
que quería escuchar la élite (W. Cartel). Esto explica por qué Juan vivió y
habló como profeta de un mundo distinto y nuevo. Porque, para hacer eso, no se
puede ser “funcionario” del sistema, sino un “auto-excluido” frente al sistema.
A partir de estos criterios,
se comprende lo que Juan Bautista representó y quiso. Así se prepara el camino
del Señor. Mediante la denuncia, la exigencia, la urgencia de un cambio de
vida. Pero eso se puede hacer solamente a partir de una “autoridad” que sólo
tiene el que no está integrado en aquello que denuncia. Desde la pompa y el
boato, ¿cómo se va denunciar la maldad y la ridiculez que entraña la pompa y el
boato? (Castillo)
Que quiero decir con todo
esto que los caminos del Señor no se preparan desde el Templo y las ceremonias
del Templo, sino desde la vida profética de un hombre del desierto.
Esta debe de ser nuestra
misión en este adviento, " Prepararnos, para poder preparar el camino al
Señor ", pero no desde los Templos y desde las celebraciones religiosas;
sino desde las plazas, las calles, nuestros lugares de trabajo, nuestros sitios
de ocio.
¿ES POSIBLE PREPARAR EL
CAMINO AL SEÑOR DESDE NUESTRA FAMILIA, NUESTRO GRUPO DE AMIGO, DESDE NUESTRO
LUGAR DE TRABAJO, DESDE NUESTROS SITIOS DE OCIO?
Un camino apasionante nos
espera, abróchate bien tus zapatos para dejar las huellas de la alegría del que
camina en busca de la Buena Noticia, Jesús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario