viernes, 15 de febrero de 2013

¿TEME EL PAPA UN CISMA EN LA IGLESIA?.


Durante la celebración de la tradicional misa del miércoles de ceniza, teniendo como marco una basílica de San Pedro completamente abarrotada, Benedicto XVI, que el 28 de febrero renunciará a su ministerio pontificio, denunció sorpresivamente la “hipocresía religiosa, el comportamiento de quienes buscan el aplauso y la aprobación del público”.

Durante su homilía de esta simbólica misa, con la que dio inicio a la Cuaresma, el Papa también enfatizó que el rostro de la Iglesia aparece en ocasiones “desfigurado” por “los atentados contra la unidad de la Iglesia y las divisiones en el cuerpo eclesial” . Y en razón de lo anterior invitó a los fieles católicos a superar “individualismos y rivalidades”, lo cual puede ser un “signo humilde y precioso para aquellos lejos de la fe o indiferentes”. Al término de la liturgia, unas ocho mil personas le tributaron un largo aplauso. “Gracias, pero ahora regresemos a las plegarias”, les dijo el Pontífice, emocionado, antes de impartir su bendición.

Lógicamente, a estas manifestaciones, son muchos los que creen que en esto puede estar el cisma de la Iglesia en nuestra era. Porque, la verdad sea dicha, este es el ambiente que se vive cada vez más, en nuestra Iglesia. Motivado posiblemente, en la creencia, de que la Iglesia sacramentalista de tiempos pasados ha dado más feligresía, que las posturas de la Iglesia del Concilio Vaticano II.

Pero a todo esto, tengo que añadir que, -uno que comulga con “conservadores“ y “progresistas“-, si existe un problema, es más a veces, por la parte “conservadora“, que por la “progresista“. Y esto, es debido desde mi punto de vista a que los “conservadores“ suelen ser muy dogmáticos. Y el dogmatismo, como es bien sabido, ciega la luz del Evangelio en función de los signos de los tiempos. Porque, el dogmático auténtico, lo que en realidad hace, es despreciar a todo el que no piensa como él, y a todo el que, se atreve a decir lo que disiente de lo que él piensa y habla.

Y el ejemplo más claro lo tenemos en Jesús. Jesús, no creo un cisma en el judaísmo. Fueron los sumos sacerdotes, fariseos, los que no escucharon su voz profética, hasta el extremo que decidieron matarlo. Por eso, Jesús no perteneció al Templo de Jerusalén, porque en primer lugar, no pertenecía a la clase sacerdotal y, en segundo lugar no fue una persona dogmática, como los fariseos y los letrados.

En conclusión, el progresismo de Jesús, no dio lugar al cristianismo, si no la ceguera de los hombres de la religión judía, sacerdotes, letrados y fariseos, con respecto al mensaje profético de Jesús, fueron los que hicieron que Jesús fuera perseguido.

Igual, pasa en nuestra Iglesia, el problema no está en los progresistas, sino en aquellos que quieren ver la luz del Evangelio, con la mentalidad de tiempos pasados y no en función de los signos de los tiempos.

Luego el Papa, no teme a un cisma progresista en la Iglesia, el Papa teme a la curia vaticana conservadora.

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