sábado, 27 de octubre de 2012

EVANGELIO DOMINGO 28 DE OCTUBRE 2012. 30ª SEAMANA DEL TIEMPO ORDINARIO.

Evangelio según San Marcos (10, 46-52).

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó en compañía de sus discípulos y de mucha gente, un ciego, llamado Bartimeo, se hallaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que el que pasaba era Jesús Nazareno, comenzó a gritar:
“¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!” Muchos lo reprendían para que se callara, pero él seguía gritando todavía más fuerte: “¡Hijo de David, ten compasión de mí!”.
Jesús se detuvo entonces y dijo:
“Llámenlo”. Y llamaron al ciego, diciéndole: “¡Ánimo! Levántate, porque él te llama”.
El ciego tiró su manto; de un salto se puso en pie y se acercó a Jesús.
Entonces le dijo Jesús:
“¿Qué quieres que haga por ti?”
El ciego le contestó:
“Maestro, que pueda ver”.
Jesús le dijo:
"Vete; tu fe te ha salvado”.
Al momento recobró la vista y comenzó a seguirlo por el camino.


COMENTARIO.-

Para comprender bien este relato, debemos de tener en cuenta:

1.- que la ceguera era considerada entonces como un castigo de Dios (Ex 4, 11; Jn 9,2; Hech 13, 11).
2.- que los ciegos se veían obligados con frecuencia a mendigar (Mc 10, 46; Jn 9, 1-3).
3.- que la curación de un ciego se veía como un hecho portentoso (Jn 9, 16)
4.- que la ceguera simbolizaba las tinieblas del espíritu y la dureza del corazón (Is 6,9 s; Mt 15, 14-23; Jn 9, 41) (X. Léon-Dufor, Castillo).

Lo primero que el evangelista nos quiso dejar claro con la narración de este episodio es que, Jesús rompió con todo lo establecido sobre la marginación de las personas. La sociedad margina y desprecia al que no es reconocido y estimado, bien por su mísera posición económica, por su indignidad ética o por su mala imagen como creyente (Castillo). Además en aquella época la religión contribuía a eso; ya que la religión atribuía a castigos divinos lo que son desgracias humanas.

Y esto es lo que nos dejo el evangelista recogido, que Jesús le devolvió la vista a ese hombre, porque lo libero de su condición de mendigo, le restituyo su dignidad como persona que las creencias religiosas y la sociedad le habían arrebatado. Bartimeo recupero vio en Jesús la integridad de la vida, el respeto a la persona y la felicidad en el amor de Dios.

Hace dos semana que comenzamos un año dedicado a la fe. Sion duda alguna, en Bartimeo podemos ver que cuando la fe es así de fuerte como la suya, vence toda condición y se pasa a formar parte del grupo de los seguidores de Jesús en la construcción del Reino de dios en la tierra.

En este domingo que celebramos el día de la Iglesia Diocesana. Se oyen en la Iglesia quejas, lamentos, críticas y protestas por todas partes, sobre todo del gran abandono de los jóvenes. Quizás la figura de Bartimeo, nos ayude a la reflexión. Bartimeo no veía, pero si escuchaba la voz de Jesús. Puede que a nosotros nos flaqueen las dos cosas la vista y el oído. Puede que no veamos por donde tenemos que marchar; pero posiblemente no veamos el camino, porque no escuchamos la voz del Espíritu, la voz de los signos de los tiempos.  Una fe firme e insistente es el camino para seguir a Jesús.

HAZ QUE LA VOZ DE JESÚS SE ESCUCHE PASA ESTE EVANGELIO.

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