REZAR , PERO SOBRE TODO CAMBIAR DE FORMA DE PENSAR EN LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS.

Un año más, deberíamos de plantearnos, si verdaderamente, ha existido en nosotros en primer lugar y después en nuestras comunidades, verdadera conciencia de crear puentes de unión en Cristo, entre todos, dentro de nuestra diversidad, que siempre existirá.

Por que, no estaremos más unidos cuanto más iguales seamos, sino cuanto más nos respetemos y dialoguemos siendo diferentes. Para estar unidos, los cristianos no necesitamos ser más iguales de lo que ya somos, sino que nos toleremos los unos a los otros y nos preguntemos: ¿cómo podremos practicar mejor hoy, con todas nuestras diferencias, la única religión de Jesús? (J.Arregui).

La semana por la unidad de los crstianos, concluye con la celebración litúrgica de la conversion de San Pablo. Esta celebración de hoy, nos debe recordar que San Pablo, es el primer Apóstol, que no tiene vivencia personal con Jesús. Su conocimiento de Jesús, es después de la muerte y resurrección del Señor; es más como judío celoso, consideraba el mensaje cristiano como inaceptable, más aún, escandaloso, y por eso sintió el deber de perseguir a los discípulos de Cristo. Precisamente, en el camino hacia Damasco, según palabras de Pablo, fue alcanzado por Cristo ( Flp 3, 12 ). Pablo en sus cartas además se definirá como apóstol por vocación ( Rm 1,1 9 o apóstol por voluntad de Dios.

De San Pablo hemos aprendido, que lo importante es poner en el centro de nuestra vida a Jesucristo.

En San Pablo hemos aprendido también, la dimensión universal del apostolado, el anuncio del evangelio. Desde el primer momento, había comprendido que esta realidad no estaba destinada sólo a los judíos, a un grupo determinado de hombres, sino que tenía un valor universal y afectaba a todos, porque Dios es el Dios de todos.( Benedicto XVI )

Hoy vemos, con más claridad que en tiempo de Pablo que, sólo donde las personas se unen, sea cual sea su cultura, su nacionalidad, su educación o su religión, sólo ahí está Dios.

Habría que sustituir esta semana por otra: por ejemplo, por una Semana del pluralismo cristiano y de todas las iglesias. Por una semana dedicada a conocer, respetar y estimar mejor a las otras iglesias y a tantas y tantos cristianos, cada vez más numerosos, que siguen a Jesús fuera de todo aparato de toda iglesia.(J.Arregui).