La festividad de la
Natividad de María es una de las fiestas religiosas más populares y de más
devoción que se realiza en la memoria de la Madre de Jesús. Hoy en muchos
pueblos, comunidades autónomas se felicita a María como su patrona y
protectora. En mi ciudad de Écija es Nuestra Señora del Valle.
Ahora bien, yo creo que la
devoción a la Virgen debe ser central en la vida del cristiano. Pero esa
devoción, debe ser rectamente orientada, y debe buscar no sólo la "
protección " de María, sino antes que eso la " ejemplaridad " de
María.
Ejemplaridad que comienza en
María con su gran experiencia de Dios. El Dios de María es, ante todo, un Dios
misericordioso, bondadoso, cercano. No es el Dios lejano, terrible, amenazante,
que muchos israelitas tenían en sus sentimientos religiosos; y que muchos de
nuestros contemporáneos continúan teniendo. Por eso, el evangelio de esta
festividad, termina diciendo que María le pondría a su hijo el nombre de "
Emmanuel ", que significa " Dios con Nosotros”. O sea, que en Jesús
sabemos cómo es Dios y conocemos a Dios. Por lo que tenemos que aceptar que de
Dios podemos conocer y conocemos, lo que de Él se nos reveló en la humanidad de
Jesús. Por eso, decimos que Jesús es el Hijo de Dios. Y María, es la Madre de
Dios.
"Proclama mi alma la
grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha
mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán
todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su
nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en
generación.
Él hace proezas con su
brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y
enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma
de bienes y a los ricos los despide vacíos. "
Felicidades a todas las María
del Valle, Guadalupe, Covadonga, Consolación y a todas las que celebren hoy su onomástica.
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