sábado, 3 de julio de 2010

EVANGELIO DEL DOMINGO 4 DE JULIO. SEMANA CATORCE DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio según San Lucas 10, 1-12, 17-20.

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: " La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡ Poneos en camino!. Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: " Paz a esta casa ". Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pronagn, curad a los enfermos que hay, y decid: " está cerca de vosotros el Reino de Dios ".

COMENTARIO.-

Este texto evangélico, ha sido presentado muchas veces, como el fomento de la vocación presbiteral exclusivamente, ." La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies ". Y, no como la vocación universal de los seguidores de Jesucristo.

Hace dos domingos el evangelio nos recordó como Jesús era consciente, de que el sólo no podría construir el Reino de Dios, de que el Reino se debe de construir moviendo pequeñas comunidades y no grandes masas. Pero, Jesús como buen amigo, les advierte, que la construcción del Reino, les llevará enfrentamientos y padecimientos con ciertos sectores de la sociedad. En el evangelio de la semana pasada, Jesús nos daba las claves para su seguimiento. Pues bien, una vez consciente de la misión por nuestra parte, Jesús nos envía hoy a predicar el evangelio.

El evangelio comienza diciendo que " Jesús designó a otros setenta y dos, y los mandó de dos en dos a todos los pueblo y lugares adonde pensaba ir él ".
El número setenta y dos, quiere decir, que ya no son sólo los apóstoles los encargados de continuar las misión, sino que ya existen más comprometidos con Jesús y con el Reino. Es decir, la misión y el encargo de construir el Reino de Dios, es lo que recibe todos los discípulos de Jesús. Hay quienes piensan que la misión de enseñar el Evangelio es sólo responsabilidad de los sacerdotes y clérigos; al igual que muchos sacerdotes y clérigos se creen que solamente ellos son los que pueden hacer una interpretación correcta de los Evangelios. No. Cada uno desde su trabajo, su casa, su barrio, su parroquia y sobre todo su forma de vivir, esta obligado a enseñar el Evangelio.

" No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias ". Cuidado, con acomodarnos, tenemos que ponernos en camino diariamente, sin replegarnos en nuestros intereses, nuestro pasado, nuestras prácticas doctrinales y tradiciones, que nos pueden dejar sin llegar a la próxima casa para decir: " Paz a esta casa ".

" Paz a esta casa ". El mensaje de Jesús, no se debe realizar desde la imposición y la obligación, sino desde la comprensión y la fraternidad. El mensaje de Jesús brota cuando contagiamos paz y humanidad, " curad a los enfermos que haya, y decid: " está cerca de vosotros el Reino de Dios ".

Si todas las semanas, termino diciendo: DIFUNDID EL EVANGELIO ", hoy con más razón que nunca. Por eso, contribuye tú a ello y envia hoy el Evangelio a todos tus contactos.

Enseñemos el Evangelio con nuestras palabras, pero especialmente con nuestra forma de vivir.

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