Evangelio según san Juan 10,
11-18
En
aquel tiempo, dijo Jesús: - «Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida
por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve
venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las
dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen
Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me
conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además,
otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y
escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el
Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita,
sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder
para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.
COMENTARIO.-
En
un pueblo de cultura agraria, como lo fue Israel, los rebaños y sus pastores
tuvieron siempre una notable importancia práctica y una significación
simbólica. De aquí que este simbolismo, este muy presente en los evangelios. Y
especialmente cuando en las primeras comunidades cristianas, comenzaron los
conflictos y diferencias entre grupos y líderes diferentes, alguien de esa
comunidad, sintió la necesidad de recordar que, en la comunidad de Jesús, sólo
él es el Pastor bueno, al que todos debemos imitar. No un pastor más, sino el
auténtico, el verdadero, el modelo a seguir por todos.
Esta
imagen de Jesús, es una llamada a todos aquellos que son llamados «pastores» en
la comunidad cristiana. El pastor que intenta parecerse a Jesús, sólo piensa en
sus ovejas, no las «abandona» nunca, por muy grande que sean sus diferencias y
necesidades. Al contrario, está junto a ellas, las defiende, se desvive por
ellas, «expone su vida» buscando su bien. Porque desde la cercanía y desde el
conocimiento mutuo podremos formar un gran rebaño, una gran comunidad
cristiana. Pero, por desgracia, lo que vemos hoy en día en la Iglesia es un
gran distanciamiento entre la jerarquía "pastores" y el pueblo
cristiano "rebaño". Pues son muchos los Obispos y Presbíteros que no
están en el plano de la realidad social y necesidades de los creyentes, creando
un gran distanciamiento entre el pueblo y sus pastores. Diferencias y
descalificaciones que son reflejadas dentro de los distintos movimientos y
grupos que han nacido últimamente dentro de la comunidad eclesial. Y, esto, no
soy yo solo el que lo dice. El Papa Francisco le recuerda a los pastores de la
Iglesia que solamente llegarán a ser y saber si son pastores, cuando huelan a ovejas.
Por
eso en estos momentos tan difíciles para la fe, que nos planteamos con la nueva
evangelización, es necesario que pastores y pueblo, busquemos juntos los nuevos
signos de los tiempos y nuevos criterios evangélicos, para saber caminar juntos
en la construcción del Reino de Dios aquí en la tierra. Sólo cuando todos los
que formamos partes de la comunidad eclesial, nos llenamos del Espíritu de
Jesús como buen Pastor, el rebaño crecerá en el amor, respeto, diálogo y
escucha de todos los que estamos dentro de él y de todos los que se encuentran
alejados.
DIFUNDID EL EVANGELIO COMO LA FUENTE REAL DEL
BUEN PASTOR. PÁSALO.
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