sábado, 25 de abril de 2015

EVANGELIO DOMINGO 26 DE MAYO DE 2015. CUARTO DOMINGO DE PASCUA

Evangelio según san Juan 10, 11-18

En aquel tiempo, dijo Jesús: - «Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.

COMENTARIO.-

En un pueblo de cultura agraria, como lo fue Israel, los rebaños y sus pastores tuvieron siempre una notable importancia práctica y una significación simbólica. De aquí que este simbolismo, este muy presente en los evangelios. Y especialmente cuando en las primeras comunidades cristianas, comenzaron los conflictos y diferencias entre grupos y líderes diferentes, alguien de esa comunidad, sintió la necesidad de recordar que, en la comunidad de Jesús, sólo él es el Pastor bueno, al que todos debemos imitar. No un pastor más, sino el auténtico, el verdadero, el modelo a seguir por todos.

Esta imagen de Jesús, es una llamada a todos aquellos que son llamados «pastores» en la comunidad cristiana. El pastor que intenta parecerse a Jesús, sólo piensa en sus ovejas, no las «abandona» nunca, por muy grande que sean sus diferencias y necesidades. Al contrario, está junto a ellas, las defiende, se desvive por ellas, «expone su vida» buscando su bien. Porque desde la cercanía y desde el conocimiento mutuo podremos formar un gran rebaño, una gran comunidad cristiana. Pero, por desgracia, lo que vemos hoy en día en la Iglesia es un gran distanciamiento entre la jerarquía "pastores" y el pueblo cristiano "rebaño". Pues son muchos los Obispos y Presbíteros que no están en el plano de la realidad social y necesidades de los creyentes, creando un gran distanciamiento entre el pueblo y sus pastores. Diferencias y descalificaciones que son reflejadas dentro de los distintos movimientos y grupos que han nacido últimamente dentro de la comunidad eclesial. Y, esto, no soy yo solo el que lo dice. El Papa Francisco le recuerda a los pastores de la Iglesia que solamente llegarán a ser y saber si son pastores, cuando huelan a ovejas.

Por eso en estos momentos tan difíciles para la fe, que nos planteamos con la nueva evangelización, es necesario que pastores y pueblo, busquemos juntos los nuevos signos de los tiempos y nuevos criterios evangélicos, para saber caminar juntos en la construcción del Reino de Dios aquí en la tierra. Sólo cuando todos los que formamos partes de la comunidad eclesial, nos llenamos del Espíritu de Jesús como buen Pastor, el rebaño crecerá en el amor, respeto, diálogo y escucha de todos los que estamos dentro de él y de todos los que se encuentran alejados.


 DIFUNDID EL EVANGELIO COMO LA FUENTE REAL DEL BUEN PASTOR. PÁSALO.

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