Debemos recordar que
llevamos décadas hablando de la urgencia de la nueva evangelización. De esa
nueva evangelización dirigida más bien a aquellos que se han alejado de la
Iglesia en los países de antigua cristiandad. Fenómeno que, existe con diversos
matices también en los países donde la Buena Noticia ha sido anunciada en los
últimos siglos, pero todavía no ha sido suficientemente acogida hasta
transformar la vida personal, familiar y social de los cristianos.
Al hilo de todo esto, es
frecuente escuchar en ciertos ambientes clericales que, "después de dos
mil años de evangelización, la Iglesia se encuentra hoy con que Jesucristo
sigue siendo muy poco conocido y muy poco amado". Especialmente en
"los países de vieja cristiandad", donde se dan "movimientos de
apostasía implícita o explícita". Frente a la "situación de
incertidumbre", se promulga el ejemplo del Evangelio, "una oferta a
contracorriente".
Cuando uno piensa un poco
detenidamente estas palabras, se plantea si la cuestión está en el conocimiento
de Jesús o en el seguimiento de Jesús.
La realidad es que la
espiritualidad cristiana ha sido pensada y explicada durante mucho tiempo por
clérigos en general, creyendo siempre su superioridad sobre los laicos
"mundanos". Con lo que se caracterizó más en un sometimiento de la
religión, que en un conocimiento de Jesús. Ya que la religión somete a sus
fieles mediante la presión sobre la conciencia, manipulando hábilmente los
sentimientos de culpa, los miedos al castigo divino y otros oscuros
sentimientos. Como se ha dicho muy bien, "la obra maestra del poder consiste
en hacerse amar" (P.Legendre).
Pero cuando los laicos
"mundanos", deciden profundizar en su fe y empiezan a leer los
evangelios y a realizar una exégesis de ellos. Observan que la obra maestra de
Jesús consiste en hacernos libres. Y con una libertad al servicio de la
misericordia.
No es, que no se conozca, ni
se ame a Jesús, sino que, posiblemente el problema es que, no se conoce, ni se
ama al Jesús, que muchas veces los clérigos quieren presentar.
El seguimiento de Jesús, es
lo que hoy la sociedad nos demanda a aquellos que nos llamamos sus seguidores.
Y este debe de ser desde mi punto de vista el objetivo de "La nueva
evangelización para la transmisión de la fe cristiana".
Ya que para evangelizar,
antes debemos de ser evangelizados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario