sábado, 24 de agosto de 2013

EVANGELIO DOMINGO 25 DE AGOSTO 2013. 21ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO.

Evangelio según San Lucas 13, 22-30.

En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando.
Uno le preguntó:- Señor, ¿serán pocos los que se salven?
Jesús les dijo: - Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. 
Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo. «Señor, ábrenos» y él os replicará: «No sé quiénes sois». Entonces comenzaréis a decir: «Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas». Pero él os replicará: «No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados». 
Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de Oriente y Occidente, del Norte y del Sur, y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios. 
Mirad: hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos.

COMENTARIO.-

El Evangelio comienza con una pregunta de uno de los oyentes, a Jesús. Este oyente de Jesús, debe de ir siguiéndolo en su camino a Jerusalén. Escuchando y reflexionando las enseñanzas de Jesús. Debe de sentirse un poco agobiado, por que va aprendiendo que la salvación, es el encuentro con Dios en la tierra, y este agobio le lleva a preguntar: " Señor, ¿ serán pocos los que se salven ?.

Lógicamente en esta pregunta está la clave del Evangelio de este domingo. El que le pregunta a Jesús, le pregunta por la cantidad; es decir " cuantos se van a salvar ". Pero si leemos detenidamente el Evangelio, veremos como Jesús le da la vuelta a la pregunta y no contesta cantidad ninguna, sino que plantea no " cuantos ", sino " como debemos de actuar para salvarnos ". La llamada de Jesús es fuente de exigencia, pero no de angustia.

Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Jesús es consciente de nuestra debilidad humana y no nos pide que seamos supermanes. Solo nos pide que nos ESFORCEMOS, o sea que cada día intentemos seguir su mensaje de amor a Dios y al prójimo. Que el esfuerzo no es el comer y ver con Él en la Eucaristía y el hablar de su mensaje, y el rezo piadoso de rosarios y novenas. No, todo lo anterior debe ser la celebración con Él en la Eucaristía y en la Oración, del esfuerzo de vivir como Él en la construcción del Reino de Dios.

En este seguimiento a Jesús, no todo vale, no todo da igual; hemos de responder al amor del Padre con fidelidad. Lo que Jesús pide no es rigorismo legalista de tradiciones y dogmas, sino amor radical a Dios y al hermano. Por eso, su llamada es fuente de exigencia, pero no de angustia. " los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos ".

El seguimiento de Jesucristo es a través de la puerta estrecha, pero con una gran ventaja, que esa puerta siempre esta ABIERTA. No seamos nosotros, quien se la cerremos a los demás por ser los primeros.

DIFUNDID EL EVANGELIO. PÁSALO.


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