El próximo domingo 2 de Diciembre, comenzamos un nuevo año litúrgico. El Año
litúrgico o calendario litúrgico es el ciclo de las celebraciones litúrgica que
durante el año la Iglesia cristiana lleva acabo y que determina cuándo se
celebran las fiestas, memoriales, conmemoraciones y solemnidades y qué trozos
de los libros bíblicos deben ser leídos.
El año litúrgico, por lo tanto no coincide con el año civil. Sino que este empieza cuatro semanas antes de la Navidad. A este tiempo de cuatro semanas se le llama ADVIENTO. “Adviento” significa: “venida, llegada”.
Estas cuatro semanas están pensadas para que los cristianos nos preparemos para conmemorar la venida de Jesús al mundo.
Y ¿ de que se trata esto ?.
En primer lugar se trata de ir pensando que el día de Navidad recordaremos que Dios, en Jesús, se hizo presente en la historia de la humanidad. Y que desde el mismo instante en que Dios entra a formar parte de la historia de la humanidad en la persona de Jesús, esto debe de desencadenar en nosotros los seguidores de Jesús, una nueva forma de entender la religión y la vida.
La religión con Jesús no está en los templos solamente, sino que la religión con Jesús está y debe de estar presente en el mundo. Y en la vida siendo testigos de la esperanza que vamos a recibir en Él, actuando con honradez y responsabilidad en todos los ámbitos sociales.
El Adviento, debe de suponer también para nosotros una preparación para la llegada al realismo de Jesús. Estamos viviendo unos momentos difíciles a todos los niveles, especialmente en el económico. Posiblemente en estas fechas, seremos algo más esplendidos en nuestro quehacer caritativo, olvidándonos de todo ello cuando pase la festividad de los reyes magos. Es verdaderamente está, la realidad que Jesús nos va a pedir.
Por eso deberíamos preguntarnos en este Adviento, dentro del año que la comunidad católica ha dedicado a la FE: - ¿Es posible contagiar la fe en este mundo, sin estar nosotros en el mundo ?,- ¿Es posible llevar el Evangelio al mundo, ignorando los pensamientos, los sentimientos de los hombres y mujeres que nos rodean en este mundo ?, - ¿No es un error, dar respuestas de otros tiempos y momentos ?.
Invitemos en nuestras parroquias, comunidades, hermandades, a nuestros hermanos a vivir el Adviento. Lleguemos todos unidos a la Navidad, recibamos todos esa Navidad, como una revolución de valores.
Que también este domingo no sea solo la apertura al año litúrgico, sino la continuación en la vivencia de la Iglesia de ese año litúrgico.
El año litúrgico, por lo tanto no coincide con el año civil. Sino que este empieza cuatro semanas antes de la Navidad. A este tiempo de cuatro semanas se le llama ADVIENTO. “Adviento” significa: “venida, llegada”.
Estas cuatro semanas están pensadas para que los cristianos nos preparemos para conmemorar la venida de Jesús al mundo.
Y ¿ de que se trata esto ?.
En primer lugar se trata de ir pensando que el día de Navidad recordaremos que Dios, en Jesús, se hizo presente en la historia de la humanidad. Y que desde el mismo instante en que Dios entra a formar parte de la historia de la humanidad en la persona de Jesús, esto debe de desencadenar en nosotros los seguidores de Jesús, una nueva forma de entender la religión y la vida.
La religión con Jesús no está en los templos solamente, sino que la religión con Jesús está y debe de estar presente en el mundo. Y en la vida siendo testigos de la esperanza que vamos a recibir en Él, actuando con honradez y responsabilidad en todos los ámbitos sociales.
El Adviento, debe de suponer también para nosotros una preparación para la llegada al realismo de Jesús. Estamos viviendo unos momentos difíciles a todos los niveles, especialmente en el económico. Posiblemente en estas fechas, seremos algo más esplendidos en nuestro quehacer caritativo, olvidándonos de todo ello cuando pase la festividad de los reyes magos. Es verdaderamente está, la realidad que Jesús nos va a pedir.
Por eso deberíamos preguntarnos en este Adviento, dentro del año que la comunidad católica ha dedicado a la FE: - ¿Es posible contagiar la fe en este mundo, sin estar nosotros en el mundo ?,- ¿Es posible llevar el Evangelio al mundo, ignorando los pensamientos, los sentimientos de los hombres y mujeres que nos rodean en este mundo ?, - ¿No es un error, dar respuestas de otros tiempos y momentos ?.
Invitemos en nuestras parroquias, comunidades, hermandades, a nuestros hermanos a vivir el Adviento. Lleguemos todos unidos a la Navidad, recibamos todos esa Navidad, como una revolución de valores.
Que también este domingo no sea solo la apertura al año litúrgico, sino la continuación en la vivencia de la Iglesia de ese año litúrgico.