sábado, 26 de diciembre de 2015

EVANGELIO DOMINGO 27 DE DICIEMBRE DEL 2015. SAGRADA FAMILIA. FAMILIA, HOGAR DE LA MISERICORDÍA

Evangelio según San Lucas 2,41-52.

Sus padres iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él. Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados". Jesús les respondió: "¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?". Ellos no entendieron lo que les decía. El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres.

COMENTARIO.-

Hoy festividad de la Sagrada Familia. Una fiesta establecida para que los cristianos celebremos y ahondemos, no tanto en el formato de la familia cristiana. Si no más bien, en el proyecto de la familia doméstica, hacia el proyecto de la gran familia humana, según el espíritu del Evangelio de Jesús. (Leer el post de ayer).

El evangelista Lucas, con este texto evangélico da por terminado lo que conocemos como la infancia de Jesús. En este texto, Lucas nos redacta que los padres de Jesús lo buscan a la vuelta de la celebración de la Pascua en Jerusalén, y de camino nuevamente a Nazaret. Buscado y encontrado en el Templo, su madre se lo reprocha en cuanto lo encuentra: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados». Jesús los sorprende con una respuesta inesperada: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?». El evangelista finaliza el capítulo diciendo: "Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón. Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres".

Independientemente de la veracidad histórica de este acontecimiento, el evangelio lo que nos quiere decir es que, Jesús progresaba en sabiduría en el seno de su familia y de su entorno. Y, progreso no sólo en el concepto de su familia, sino en el concepto de la gran familia humana. Es decir, en una sociedad más fraterna, justa y solidaria, que son los pilares del Reino de Dios.

No podemos celebrar responsablemente la fiesta de hoy sin plantearnos:

¿Viven las familias cristianas comprometidas en una sociedad mejor y más humana, o encerradas exclusivamente en sus propios intereses?

¿Educan las familias cristianas para la solidaridad, la búsqueda de paz, la sensibilidad hacia los necesitados, la compasión, o enseñan a vivir para el bienestar insaciable, el máximo lucro y el olvido de los demás?

Por eso, en este año que dedicamos al descubrimiento y encuentro con la gran misericordia de Dios y teniendo presente el lema de este año FAMILIA, HOGAR DE LA MISERICORDÍA. El reto de nuestra fe en los tiempos que nos ha tocado vivir, no es solamente construir nuestra familia cristiana católica, si no que con nuestra familia cristiana católica debemos de construir la gran familia humana teniendo siempre presente la gran MISERCORDÍA DE DIOS HACIA NOSOTROS.

EN CUALQUIER MODELO DE FAMILIA LO IMPORTANTE ES EL AMOR Y LA MISERICORDÍA DE DIOS, QUE JESÚS PREDICÓ Y QUE DEBEMOS DESARROLLAR EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA QUE LA VIDA NOS PLANTEE.


DIFUNDID EL EVANGELIO. PÁSALO.

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FAMILIA, HOGAR DE LA MISERICORDIA. DÍA DE LA SAGRADA FAMILIA.

El domingo siguiente al día de Navidad, la liturgia celebra y recuerda el ejemplo de la familia de Jesús, en la festividad de la Sagrada Familia. Este año bajo el lema “FAMILIA, HOGAR DE LA MISERICORDÍA”. Esta festividad, se suele aprovechar en todo el entorno eclesial, para reflexionar sobre los problemas que hoy plantea la institución familiar. Indiscutiblemente, un tema fundamental en los tiempos que corren, de profundos cambios.

Que la familia es una institución a valorar y proteger, esto no tiene discusión ninguna. Porqué está demostrado por la experiencia que, cuando en una sociedad, la estabilidad de la institución familiar se deshace, todo el tejido social se descompone. Y cuando este tejido social de un país, un pueblo, se descompone da lugar a conflictos entre los géneros, violencia de los hombres contra las mujeres; y de éstas contra los hombres. Y, lo que es más preocupante, la violencia contra los hijos, contra los niños, en todas las formas imaginables.

Ahora bien, el reconocer esto, no implica que nuestra forma de concebir la composición familiar, sea la única. Pues cuando nos aferramos al modelo de “un hombre y una mujer que se unen indisolublemente para tener todos los hijos que Dios les mande", posiblemente estamos cerrando la puerta a muchos hermanos nuestros en la gran familia de Cristo, que es la Iglesia.

Y digo, todo esto, porque cuantos Hermanos nuestros, han dejado la Iglesia por nuestra incomprensión. Hermanos que han estado casado canónicamente y que por circunstancias de la vida, han tenido que decir separarse, por el bien de todos los miembros familiares y estando ambos cuidan de los hijos según sus acuerdos. Estos hermanos, ya no tienen cabida al parecer en nuestro modelo de familia. Las madres solteras, víctimas de la infidelidad de un hombre, o aquellas mujeres llenas de caridad, que han decido recoger a uno de esos miles de niños abandonados, para darle lo mejor de su vida, tampoco tendrían sitio en el modelo de familia. Y como no, los padres solteros, hombres que con sus hijos se ven también abandonados por su mujer y su madre, o el hombre que recoge a un niño llegado de una patera, y que se ofrece generosamente para cuidarlo como padre, tampoco formarían una familia. Y, por supuesto, los padres y madres que deciden tener sólo un hijo o, a lo sumo dos, por compartir una paternidad responsable, tampoco entran en el concepto de familia tradicional, cuyo fin es la procreación.

Todas estas circunstancias y todas estas personas forman parte de nuestra sociedad actual y como no, de la Iglesia actual, familia grande de todos los creyentes en Cristo. Por eso, cuando la Iglesia no actúa como esa gran familia acogedora, como esa familia abierta a las circunstancias de las personas y a los signos de los tiempos, viene el rechazo de los hijos a su madre y a la familia, dando lugar al rompimiento de los vínculos.

Desde este año dedicado a la MISERICORDÍA y desde el compromiso que nació en Jesús de crear la gran familia del Reino de Dios, EDUQUEMOS EN LA MISERICORDÍA, encaminada EN DEFENDER LA DIGNIDAD DE LAS PERSONAS, más que el de las Instituciones. Pues no debemos de olvidar que para EDUCAR EN LA MISERICORDÍA, DEBEMOS PRIMERO ACOGER EN LA MISERICORDÍA.

En cualquier modelo de familia lo importante es el AMOR y la MISERICORDÍA DE DIOS, que Jesús predicó y que debemos desarrollar en cualquier circunstancia que la vida nos plantee.

viernes, 25 de diciembre de 2015

EVANGELIO 25 DE DICIEMBRE DEL 2015. NATIVIDAD DEL SEÑOR.

Evangelio según San Juan 1. 1-18.

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Éste es de quien dije: “El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo.”». Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

COMENTARIO.-

Cuatro ideas centrales:

- "La Palabra era Dios". Una "palabra" es signo que "comunica" una idea, un conocimiento. El Dios, que se muestra al mundo con el nacimiento de Jesús, es "comunicación" y "donación" de la realidad misma de Dios. Dios se cambia, de la grandeza de los cielos, a la bajeza de nacer en un pesebre.

- "Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros". La encarnación de Dios en Jesús significa que Dios se despoja de todo su poder y autoridad. Dios se humanizo en Jesús, se hizo hombre despojándose de poderes y dignidades. Por lo tanto, la Palabra, es futuro y esperanza, no en el poder, sino en la dignificación de lo humano.

- "A Dios nadie lo ha visto jamás". Dios está fuera de nuestro conocimiento. lo que nosotros podemos conocer de Dios es lo que se nos ha revelado en Jesús, en ese niño que nació despojado de todo. La grandeza de Dios está en la grandeza de este niño, que no tiene otra grandeza que la de ser humano.

- "Vino a su propia casa, pero los suyos no lo recibieron”. Es la otra parte que no podemos ignorar cuando contemplamos el misterio de la encarnación. Con todos los siglos de preparación para su venida, el hijo de Dios sufrió el rechazo.

El aspecto histórico de Jesús, no lo podemos pasar por alto tan fácilmente. La dimensión humana de Jesús arranca, entonces, con lo que celebramos hoy, y se va extendiendo hasta la cruz. Ese es el camino que recorreremos también con él durante este año litúrgico que habíamos inaugurado con el adviento.


¡FELIZ NAVIDAD!

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jueves, 24 de diciembre de 2015

UNA NAVIDAD EN CRISIS, CON LA CRISIS DE LA NAVIDAD

Una Navidad en crisis, con la crisis de la Navidad. El título de este post, nos lleva a todos posiblemente a pensar, en la gran crisis económica que estamos viviendo y padeciendo. Los efectos negativos que está dejando la crisis económica en millones de personas. Y digo, todo esto porque, todos nos volcamos en estas fechas, organizamos eventos para recaudar dinero, para comprar juguetes, comidas y ropas, para todos los que buscan una ayuda. Quizás este año, de una gran crisis económica, nuestra solidaridad sea mayor. Esto posiblemente nos lleve a plantearnos interrogantes profundos: ¿Cómo me afecta esta crisis? ¿Qué puedo y debo hacer?

Interrogante que debemos hacernos hoy quienes creemos en la dignidad de todo ser humano. Porque la solidaridad es necesaria, pero más necesario es el compromiso social del cristiano católico en la lucha por unos valores más justo, con una participación más activa en la vida social y política. De esta manera, es cómo podemos producir un cambio en las estructuras sociales.

Que esta navidad nos lleve no solamente a unos días de solidaridad, si no a un compromiso social.

Pero no solamente, el título del post nos lleva a esta idea. Una Navidad en crisis, con la crisis de la Navidad. Nos puede también, llevar a los creyentes a analizar el sentido que tenemos de la Navidad. Y digo esto, porque en la comunidad creyente celebramos el nacimiento de Jesús, pero posiblemente no somos consciente de lo que supone esa celebración, por eso digo: “Una Navidad en crisis".

Celebrar el nacimiento de Cristo, es ser consciente de la incorporación de Jesús en la historia de la humanidad. Que quiere decir esto, que la Navidad nos debe llevar a recordar que en Jesús, no solamente debemos descubrir su divinidad, sino que en Él debemos descubrir la HUMANIZACIÓN DE DIOS. Dios se hizo hombre en Jesús de Nazaret. A Dios sólo lo encontraremos en la medida que vivamos con la humanidad, que vivió Jesús. Por eso, el estilo de vida de Jesús, refleja el verdadero amor de Dios y de aquí nace el compromiso social del cristiano en la construcción de un mundo más justo, es decir, el Reino de Dios. Porque el Reino de Dios es el que se construye aquí en la tierra.

Que esta Navidad nos ayude a comprender, que la felicidad no está en el consumo indiscriminado de cosas, sino en tener personas con las cuales podamos compartir lo mucho y lo poco que tenemos, que a veces no es lo material sino nuestro tiempo y nuestra compañía. Que en esta Navidad nazca en nosotros el compromiso social que los Evangelios nos transmitieron con el fin de construir un mundo más justo.


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sábado, 12 de diciembre de 2015

EVANGELIO DOMINGO 13 DE DICIEMBRE DEL 2015. TERCER DOMINGO DE ADVIENTO.

Evangelio según San Lucas 3, 10-18.

En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: - « ¿Entonces, qué hacemos?»
Él contestó: - «El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo.»
Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: - «Maestro, ¿qué hacemos nosotros?»
Él les contestó: - «No exijáis más de lo establecido.»
Unos militares le preguntaron: - « ¿Qué hacemos nosotros?»
Él les contestó: - «No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga.»
El pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: - «Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano el bieldo para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga.»
Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba el Evangelio.

COMENTARIO.-

Lo primero, que destaca este evangelio, es la autoridad moral que tenía Juan Bautista. A él acude la gente, los recaudadores de impuestos, los soldados romanos. Grupos humanos tan diversos, de creencias tan distintas y de formas de vida tan contrarias, todos ellos piensan que Juan les puede decir la palabra que necesitan para orientar sus vidas. Gentes tan diversas, por cultura, religión y costumbres, preguntan a quién les merece credibilidad. Porque, sin duda, veían en Juan algo previo a toda cultura, a toda religión y toda nacionalidad. ¿Qué tenía Juan Bautista ante gentes tan heterogéneas?

Juan no tenía títulos, ni cargos, ni dignidades. No tenía, por tanto, “poder” alguno. Pero tenía “autoridad”. Y gozaba de credibilidad. Juan tenía autoridad y credibilidad porque su vida coincidía con sus enseñanzas. Es lo contrario de lo que, tantas veces, ocurre con los “hombres de Iglesia”. Tienen cargos, títulos y poder, pero carecen de autoridad. Y mucha gente no se fía de ellos. Ni a la gente se le ocurre acudir a ellos cuando quieren saber lo que tienen que hacer en la vida.

Juan, además, fue un hombre humilde, que no se creía superior a nadie. La equivocación de Juan estuvo en que anunció un Mesías amenazante y justiciero. Pero sabemos que Jesús no fue así. Por eso, cuando más tarde, estando en la cárcel de Herodes, se enteró de lo que hacía Jesús, tuvo que mandar unos discípulos a preguntar si Jesús era el que tenía que venir o había que esperar a otro. La predicación de la amenaza no produce nada más que desconcierto, incluso cuando el predicador es nada menos que Juan Bautista.

Por eso, en este año de la Misericordia recién inaugurado, es urgente que las personas y comunidades que nos decimos seguidores de Jesús, abramos las puertas a la conversión al Evangelio y la misericordia de Dios revelada en Jesús de Nazaret. Necesitamos experimentar el amor compasivo del Padre para vivirlo en la acción pastoral, en el culto, en las parroquias, en la sociedad y en los márgenes de nuestro pueblo.

Feliz Domingo Día del Señor.

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jueves, 10 de diciembre de 2015

DIA INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

Hoy 10 de diciembre es el Día Internacional de Derechos Humanos, que tiene su origen en el año 1950 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas invitó a todos los Estados y organizaciones interesadas, a que se dedicara ese día a conmemorar la aprobación de la Declaración Universal de Derechos Humanos, suscrita en 1948.

Los antecedentes históricos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, están en la Revolución Francesa (1789), es decir en la cultura occidental. Cultural que quieran o no ha estado influenciada por el cristianismo. Si todo este asunto se piensa despacio, podremos caer en la cuenta de que, efectivamente, los Derechos Humanos tienen que ver mucho con los criterios fundamentales que se inspiran en el Evangelio.


Para comprender mejor lo que quiero decir, voy a reproducir el siguiente razonamiento del teólogo José María Castillo. Es importante tener en cuenta que una cosa es la diferencia y otra cosa es la igualdad. La diferencia es un hecho (todos somos diferentes), mientras que la igualdad es un derecho. Mucha gente no distingue esto. Y por eso se crean tantas dudas y confusiones. Además, como somos diferentes, hay unos que son fuertes y otros que son débiles, unos listos y otros tontos, unos son cultos y otros incultos, unos están sanos y otros enfermos.... Dado que, en la vida, hay tantas y tales diferencias, ¿qué hizo Jesús de Nazaret? Se puso de parte de aquellos que, en cuestión de diferencias, están abajo (pobres, enfermos, excluidos sociales, niños, mujeres, extranjeros, personas mal vistas como es el caso de los pecadores y gentes de mala vida). Jesús no insistió en que los "últimos" tienen que ser los "primeros" para cambiar la tortilla. Jesús dijo e hizo eso porque él sabía muy bien que la la igualdad en dignidad y derechos, sólo se puede conseguir sobre la base de invertir las situaciones establecidas. De no hacerse eso, las diferencias seguirán siempre creando desigualdades. Es verdad que la Ley y el Derecho, en teoría, nos igualan a todos. Pero eso vale en teoría. Porque, en la práctica, el Derecho y las Leyes las hacen los poderosos, los fuertes, los listos, los ricos... De ahí que mi conclusión es ésta: los Derechos Humanos tuvieron su inspiración original en el Evangelio; y su aplicación efectiva se conseguirá el día que el Evangelio (no la Iglesia y sus intereses) sea la convicción determinante de nuestras vidas.

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martes, 8 de diciembre de 2015

8 DE DICIEMBRE FESTIVIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1.26-38):

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: « ¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.

COMENTARIO.-

La fiesta de la Inmaculada Concepción nos recuerda uno de los dogmas que la Iglesia nos enseña sobre María, la Madre de Jesús. Este dogma fue definido por el Papa Pío IX, el 8 de Diciembre de 1854.

La ejemplaridad de María, que celebramos en esta fiesta, es motivo de piedad, devoción y, sobre todo, de conducta ética en una vida generosidad y amor.

El ángel del Señor se aparece a María y mantiene un diálogo con ella. En ningún momento asume María una posición de criatura débil y encogida. En ningún momento pretende pasar la pelota a otro diciendo que ella no puede cargar con lo que se le está pidiendo. Plantea dificultades muy reales a la propuesta del ángel. Y escucha atentamente la respuesta. Lo hace desde la fe y la confianza en Dios.

      Su respuesta final se sitúa en las antípodas de la respuesta de Eva. Ella no pone una excusa. No mira para otro lado. Simplemente, asume la propuesta y se pone a disposición de su Señor. “Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.” Se siente responsable y se dispone a hacer lo que haya que hacer para llevar adelante la misión que el Señor le ha puesto por delante.

      Son dos actitudes muy diferentes. Está el que mira para otro lado, encuentra siempre excusas y sigue su camino. Y está el que da un paso al frente, asume la responsabilidad y hace lo que tiene que hacer. Por eso, María se convierte en la primera discípula y en la primera anunciadora del Reino. Por eso, María siguió a Jesús por los caminos de Palestina y terminó a los pies de la cruz. Por eso, acompañaba en la oración y en la vida a los discípulos de su hijo después de la resurrección. No es más que asumir las consecuencias prácticas de la frase con la que se comprometió ante el ángel, cuando todo empezó: “Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.” (Torres Pérez)

Cuando el Concilio Vaticano II, no sin dificultades, hizo el esfuerzo de situar la figura de María no solamente a la luz del misterio de Cristo, sino también y muy particularmente a la luz del misterio de la Iglesia, no hizo otra cosa que volver a la mejor tradición eclesial, cuando María ocupaba ya en la comunidad creyente " el lugar más alto y a la vez más próximo a nosotros " ( LG 54 ). Por eso, cuando presentamos a María como " prototipo de la Iglesia ", no se hace en un sentido pasivo como el que hace una copia. Sino que se hace con un sentido profundamente activo. Por ello, creo que podríamos hoy preguntarnos:

¿Cuáles podrían ser los rasgos de una Iglesia más mariana en nuestros días?

A mí se me ocurren los siguientes:

- Una Iglesia que fomenta la " ternura maternal " como María. Es decir, una Iglesia de brazos abiertos, que no rechaza a nadie, sino que acoge.

- Una Iglesia que como María proclama la grandeza de Dios y su misericordia.

- Una Iglesia que como María se convierte en signo de esperanza por su capacidad de dar y transmitir la vida.

- Una Iglesia humilde como María, siempre a la escucha de su Señor.

- Una Iglesia del " Magníficat ", que no se complace en los soberbios, potentados y ricos de este mundo, sino que busca pan y dignidad para los pobres y hambrientos de la tierra, sabiendo que Dios está de su parte.

- Una Iglesia atenta al sufrimiento de todo ser humano, que sabe, como María olvidarse de sí misma y " marchar de prisa " para estar cerca del que necesita esta ayudado.


Hoy empieza el año de la Misericordia. Buen momento para asumir nuestra responsabilidad. No se trata de pensar en lo que tienen que hacer los demás para vivir este año la misericordia de Dios sino de ver que es lo que puedo hacer yo para en mis palabras y obras testimoniar la misericordia de Dios para con su pueblo.

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lunes, 7 de diciembre de 2015

LA ENSEÑANZA DE LA RELIGIÓN Y LAS HUMANIDADES.

La progresiva disminución de asignaturas de humanidades –literatura, filosofía, historia, geografía, religión – en la educación primaria, secundaria, bachillerato y  que contagia  a la universidad, es sin duda alguna un ataque frontal a la cultura y al pensamiento, que posiblemente es lo que interese hoy, NO PENSAR, a todos nuestros políticos.
                                                                                 
Y, digo todo esto, porque la otra mañana mientras desayunábamos las portadas de todos los medios de comunicación nos recordaban que los grandes problemas que tiene España en estos momentos y especialmente el sistema educativo es eliminar las clases de Religión de todos los centros educativos, incluso los concertados. Esta es la gran iniciativa que llevará el PSOE en su Programa Electoral.

Lógicamente, yo no tengo nada en contra del PSOE, ni soy militante de ningún partido, pero llega ya un momento que las cosas…….

En la última reforma de la ley de Educación, la historia de la filosofía pasa a ser optativa y las horas de literatura disminuyen. Sólo con este mero hecho, a los estudiantes – y a la sociedad en general – se les trasmite la idea que estas materias no son importantes, especialmente, porque no sirven para abrirse paso en la vida, ni mucho menos en el mercado laboral. Recordemos también que, en los años ochenta desapareció la asignatura de literatura universal, sólo permanecieron literatura española y, en su caso, de la comunidad autónoma con lengua distinta al castellano. Posteriormente, vino el recorte de la filosofía en el bachillerato. Pues bien, esto sucederá ahora con la Religión.

Y, yo me pregunto: ¿Se puede comprender lo que hoy es nuestra historia, nuestro pensamiento, nuestra cultural y lo que nos pasa sin reflexionar sobre lo que pasaba en otros tiempos? ¿Pueden entenderse cabalmente los fundamentos de la cultura occidental, sin estudiar el decisivo paso que dieron los pensamientos religiosos en su época?

Es importante destacar que dentro del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), los estudios de Teología, vuelve a cobrar un papel importante si atendemos a las dinámicas de integración de las ramas del saber que se han generado con vistas a la unificación del marco de educación superior en Europa. Las Humanidades quedarían como huérfanas sin el apoyo de la Teología como uno de sus puntales fundamentales. En efecto, desde el nacimiento mismo de las ciencias, sean del espíritu o de la naturaleza, la Teología formó parte de las mismas, y no una cualquiera sino su culmen y como su sentido último, al abarcar el campo completo de estudio: Dios, el hombre y el mundo. Hoy vuelve a tener un papel relevante en el ámbito de estudios universitario, especialmente por su aporte integrador de las demás áreas del saber y por su capacidad de mediación entre distintos niveles de conocimiento e interpretación del mundo en el tercer milenio.

Entonces, si a nivel europeo se está reconociendo los estudios de Teología, como parte integral del estudio de las humanidades, porque se quiere suprimir el estudio de la religiones en los centros educativos públicos.


Están bien la informática, el inglés y otras asignaturas instrumentales, pero no dejemos de lado el estudio de aquello que quizás no sirve como medio para ganarse la vida pero que es substancial para crear posiblemente valores y pensamientos que permitan a nuestros alumnos vivir de una manera decente y honrada, - posiblemente muy alejada de los que piensan en la supresión de las humanidades - y decisiva para construir hombres y mujeres con pensamiento libre y coherente que permitan levantar las voces a aquellos que quieren controlar el pensamiento y la libertad de los demás.

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domingo, 6 de diciembre de 2015

LA RELIGIÓN EN EL MARCO DE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE 1978

La Constitución Española que fue ratificada en referéndum el 6 de diciembre de 1978, en su artículo 16 dice:

1. Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la Ley.
2. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.
3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.

En estos años he podido comprobar que sea llevado a cabo una gran transición política en nuestro país, pero no a la vez, desde mi punto de vista, se ha producido la misma transición religiosa.

El hecho es que la sociedad española se ha secularizado a una velocidad de vértigo. Mientras que la jerarquía eclesiástica española, en ese mismo tiempo sea planificado en criterios excesivamente conservadores, lo que ha tenido como consecuencia que en España coinciden en este momento una creciente progresión de nuevas ideas, con una alarmante regresión religiosa. Acontecimiento, que está llevando a un abandono de los mismos católicos de su Iglesia. Y es que la Jerarquía Eclesial, olvida que a medida que vivimos, vamos transformando nuestra forma de pensar. Pero esa nueva forma de pensar, nos llevará a una nueva forma de vivir. Por eso el Concilio Vaticano II nos dejó muy claro: " Para realizar este cometido pesa sobre la Iglesia el deber permanente de escrutar a fondo los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz de Evangelio, de forma que, acomodándose a cada generación, pueda la Iglesia responder a los perennes interrogantes humanos sobre el sentido de la vida presente y futura, y sobre la mutua relación entre una y otra. " ( Gaudium et Spes, 4 ).

Posiblemente, si la Iglesia, llevara a cabo esa transición religiosa, no se vería tan perseguida, margina y ofendida. No olvidemos que es la Iglesia la que está en el mundo, y no el mundo en la Iglesia.

Es verdad, que la mayoría de la población española se declara católica, según la última encuesta del CSI, el 74 %; pero también es verdad que solo de ese porcentaje que se declara católico es practicante el 14 %. Por eso el Estado debe de colaborar con la Iglesia Católica como reconoce la Constitución, pero también reconoce antes que ninguna confesión tendrá carácter estatal. Y nosotros como verdaderos creyentes, somos los que no debemos consentir tener privilegios legales con el Estado, pues estos privilegios llevarán posiblemente a un cierto amarre en nuestra libertad. Nosotros lo que si debemos es ayudar y favorecer a las demás creencias de manifestar su fe, en las misma condiciones que nosotros.


NO SEREMOS MÁS, POR NEGAR OTRAS CONFECCIONES, SINO QUE SEREMOS MÁS POR NUESTRO ESTILO DE VIDA, EN TODOS LOS ÁMBITOS SOCIALES.

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sábado, 5 de diciembre de 2015

EVANGELIO DOMINGO 6 DE DICIEMBRE DEL 2015. 2º DOMINGO DEL TIEMPO DE ADVIENTO.

Evangelio según San Lucas 3, 1-6.

En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.

Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: «Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios.»


COMENTARIO.-

Según los grandes estudiosos de los textos evangélicos, dicen que no es posible saber si este sincronismo histórico corresponde a la realidad y, por tanto, refleja con precisión las autoridades que gobernaban cuando Juan Bautista empezó su ministerio. La dificultad radica en que no se sabe qué calendario utilizó Lucas para datar el “año quince” del reinado de Tiberio. Sea lo que sea de esta cuestión, lo que interesa es que el evangelio dice Lucas quiso fijar el momento en el que la Palabra de Dios se hizo presente en la historia humana, por medio de la predicación de Juan Bautista.

El evangelio empieza viendo la historia como “historia de los que mandan”. Es decir, se trata de la historia tradicional, que ha sido (durante siglos) “historia de los vencedores”. De ahí que se hace mención de los poderosos de la política y de la religión. Así se nos ha presentado casi siempre la historia, como historia del poder y la gloria. Sin embargo, la gran novedad del Evangelio es que, como enseguida se ve, a medida que avanza el relato, lo que al Evangelio le interesa es la “historia de los vencidos” y, por tanto, la historia del dolor y la humillación de los últimos de este mundo. (Castillo) 
El siguiente mensaje que el evangelista nos quiere dejar claro en este texto, es que la Palabra de Dios entra en este mundo no a través de los Palacios, ni del Templo de Jerusalén, si no que la Palabra de Dios entrar a formar parte de nuestra historia, desde el desierto. Y lo más importante que, esa palabra no viene de un  sacerdote, sino de un profeta.  Y, sobre todo, que es una Palabra que “allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios”.


AL EVANGELIO, LO QUE LE INTERESA ES LA HISTORIA DEL DOLOR Y DE LA HUMILLACIÓN DE LOS ÚLTIMOS DE ESTE MUNDO.

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viernes, 4 de diciembre de 2015

VOLVAMOS UN POCO AL DESIERTO, PARA PREPARAR EL CAMINO DEL SEÑOR

Para comprender el evangelio del próximo domingo, es conveniente que nos detengamos un poco en la figura de Juan el Bautista. Por qué para entender, cuál será la misión de Jesús, es importante empezar por Juan Bautista, que tuvo la misión de "preparar los caminos del Señor" (Mc 1, 3; Is 40, 3).

El padre de Juan fue el sacerdote Zacarías (Lc 1, 5-23). Y su madre, Isabel, era de la familia de Aarón (Lc 1, 5), la más ilustre de las familias sacerdotales de Israel. El sacerdocio judío era hereditario, entonces lo lógico es que Juan, heredero de una familia sacerdotal por los cuatro costados, hubiera sido él también sacerdote, dedicado al culto religioso del Templo.

Sin embargo, Juan no se fue al templo a formarse como sacerdote, sino que se fue al desierto (Lc 1, 80). Y su misión nace y comienza desde el desierto, desde los caminos, desde los campos.

Que quiero decir con todo esto que los caminos del Señor no se preparan desde el Templo y las ceremonias del Templo, sino desde la vida profética de un hombre del desierto.


Esta debe de ser nuestra misión en este adviento, " Prepararnos, para poder preparar el camino al Señor ", pero no desde los Templos y desde las celebraciones religiosas; sino desde las plazas, las calles, nuestros lugares de trabajo, nuestros sitios de ocio.

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