sábado, 29 de agosto de 2015

EVANGELIO DOMINGO 30 DE AGOSTO 2012. 22 SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio según san Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23.


En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.)

Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: - «¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?»
El les contestó: - «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos.” Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.»

Entonces llamó de nuevo a la gente y les dijo: - «Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, -fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.»

COMENTARIO.-

El Evangelio que nos presenta la liturgia del domingo, es un evangelio directo y claro a la religión, a sus seguidores y al compromiso social de la religión.

Marcos, el evangelio más antiguo y directo, presenta a Jesús en conflicto con los sectores más piadosos de la sociedad judía. Entre sus críticas más radicales hay que destacar dos. El escándalo de una religión vacía de Dios, y el pecado de sustituir su voluntad que sólo pide amor por tradiciones humanas ;al servicio de otros intereses. (Pagola)

Efectivamente, este evangelio pone al descubierto el peligro de engaño que tiene la religión. Es el engaño que se produce en todo el que antepone el ritual a la ética. Porque la honradez, la bondad, la sinceridad, la honestidad, todo eso no nace del ritual, sino del corazón. Jesús lo afirma rotundamente. Y la vida nos enseña que hay gente que se pasa años y años siguiendo escrupulosamente rituales, sacramentos y normas eclesiales, pero sabemos que, después de tantos años de fidelidades religiosas, su vida sigue posiblemente vacía, porque sus rituales se han convertido en su rutina, que no le transforma en nada.

Consecuencia de todo esto, es un abandono de Dios. Porque una religión ritualista se olvida de Dios y por lo tanto orienta la voluntad de Dios hacia otros intereses. Que nos llevan a que de nosotros nazca, la codicia, las injusticias, los malos propósitos, etc…, que dan lugar a esta devastadora crisis económica que estamos padeciendo.

Éste puede ser hoy nuestro gran pecado. El estar agarrado a una religión que presenta síntomas de estar desgastada y sin fuerzas para transformar las vidas de sus seguidores, pues cada vez somos menos y parece que nos da igual. Y todo ello, es porque nos hemos apartado del proyecto de Jesús: la construcción de un mundo nuevo según el corazón de Dios, ya que seguimos honrando a Dios sólo con los labios.


QUE TU CORAZÓN NO ESTÉ LEJOS DEL PROYECTO DE JESÚS.

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sábado, 22 de agosto de 2015

EVANGELIO DOMINGO 23 DE AGOSTO DE 2015. 21ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO.

Evangelio según san Juan 6,60-69.


En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: -«Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?».
Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: -«¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen.».
Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: - «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede.». Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.
Entonces Jesús les dijo a los Doce: - «¿También vosotros queréis marcharos?»
Simon Pedro le contestó: - «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.»


COMENTARIO.

El evangelio que nos presenta la liturgia de este domingo, es la continuación al del domingo pasado, el cual terminaba diciendo:” Éste es el pan que ha bajado del cielo; no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que como este pan vivirá para siempre”. Lógicamente, estas palabras pronunciadas en la sinagoga de Cafarnaúm, resultaban dura de oír, por el pueblo judío, ya que Jesús les recordaba que sus padres comieron el maná en el desierto y murieron. Y, es que ellos no entendieron, que en Jesús no iban a encontrar la teología de los escribas, ni una religión fundamentada en la Ley. Por eso, el evangelio, a continuación nos recoge y nos transmite también, como Jesús siente el primer rechazo y abandono por parte de algunos de los discípulos.

El evangelista, en este pasaje de su evangelio, nos quiere dejar también muy claro la experiencia de esas primeras comunidades cristianas que continuaran siguiendo a Jesús. Y continuaron, porque ellas en Jesús, se encontraron con alguien lleno de la experiencia de Dios, de un Dios lleno de misericordia y amor, capaz de alimentar nuestras vidas y de darle sentido a la vida.

Esa experiencia cristiana de las primeras comunidades, debe de ser la experiencia de nosotros y de nuestras comunidades también en nuestros días. La experiencia consiste en alimentar nuestras vidas en Jesús, descubriendo la fuerza que encierra para transformarnos poco a poco a lo largo de nuestros días. Haciendo de nuestras vidas un inmenso deseo de vivir y hacer vivir a los demás.


ÁBRETE Y DEJATE ALIMENTAR DE LA EXPERIENCIA DE JESÚS. PÁSALO

domingo, 16 de agosto de 2015

EVANGELIO DOMINGO 16 DE AGOSTO 2015. 20ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO.

EVANGELIO DOMINGO 16 DE AGOSTO 2015. 20ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO.


Evangelio según San Juan 6,51-58

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
- «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»
Disputaban los judíos entre sí:
- «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»
Entonces Jesús les dijo:
- «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.»

COMENTARIO.-

Con el Evangelio de este domingo, una vez más, el evangelista Juan, nos deja claro una cosa que, Jesús es el pan vivo para sus seguidores, como hemos podido leer en estos tres últimos domingos.

Es evidente, que el evangelista Juan, nos quiere dejar muy claro no sólo el mensaje que su comunidad se transmite de generación en generación; si no más bien la experiencia de vida que Jesús, desarrolla en esas primeras comunidades.  Ya que, en Jesús no vamos a encontrar una teología de escribas, ni una religión fundamentada en ley. En Jesús, vamos a encontrarnos con alguien, lleno de la experiencia de Dios, capaz de alimentar nuestra forma de vivir.

Esa experiencia cristiana de las primeras comunidades, debe de ser la experiencia de nosotros y de nuestras comunidades en estos días. La experiencia consiste fundamentalmente en alimentar nuestra vida en Jesús, descubriendo la fuerza que encierra para transformarnos poco a poco a lo largo de nuestros días. Haciendo de nuestras vidas un inmenso deseo de vivir y hacer vivir a los demás.

Lógicamente, toda esa experiencia de vida humana, nos debe de llevar a una vida espiritual comunitaria que debemos compartir en la eucaristía, como medio de que Jesús habite en nosotros y nosotros en Él. El abandono de esta experiencia eucarística, es hoy en día, una de las causas de la gran crisis de nuestra fe.

Cada domingo podemos comprobar, la poca afluencia de cristianos a la eucaristía y, el poco sentido que le damos, los que participamos; pero si verdaderamente Jesús nos alimenta y nos da vida, ¿cómo podemos dejar que los demás no se alimenten de Él?.


HAGAMOS QUE JESÚS HABITE EN NOSOTROS Y PARA QUE NOSOTROS PODAMOS HABITAR EN ÉL. PÁSALO.

sábado, 15 de agosto de 2015

LA ASUNCIÓN DE MARÍA. 15 DE AGOSTO.




Conferencia de Rafael González Martin sobre la Asunción de María,  en parroquia mayor de Santa Cruz de Écija, con motivo del 50 Aniversario de María Santísima de la Amargura.


15 DE AGOSTO. SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN DE MARÍA.

 Evangelio según San Lucas 1, 39-56.

En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito:
- ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.
María dijo:
- Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

COMENTARIO.-

En el ecuador de este caluroso mes de agosto celebramos la solemnidad de la Asunción de la Virgen María. María fue llevada al cielo ("asumida, asunta")en cuerpo y alma después de su paso por la tierra. Esta doctrina pertenece a la más antigua Tradición de las Iglesias Católica y Ortodoxa (que hablan de la "dormición de la virgen" o del "Tránsito de María") y fue declarado dogma de fe por el Papa Pio XII el 1 de noviembre de 1950 mediante la constitución apostólica Munificentissimus Deus.

Aunque la fe de los cristianos en la Asunción de María viene de los primeros siglos del cristianismo, la realidad es que tenemos pocos datos sobre María en los evangelios y cartas que componen el Nuevo Testamento, al igual que en los escritos apócrifos que tenemos.

Prescindiendo de cuestiones técnicas del pensamiento metafísico del alma y cuerpo y centrándonos en la festividad y sobre todo en el evangelio que nos presenta la liturgia de hoy. Yo creo que la devoción a la Virgen debe ser central en la vida del cristiano. Pero esa devoción, debe ser rectamente orientada, debe buscar no sólo la " protección " de María, sino antes que eso la " ejemplaridad " de María.

María tiene una gran experiencia de Dios. El Dios de María es, ante todo, un Dios misericordioso, bondadoso, cercano. No es el Dios lejano, terrible, amenazante, que muchos israelitas tenían en sus sentimientos religiosos; y que muchos de nuestros contemporáneos continúan teniendo.

Todo queda recogido cuando María hablo en el Magníficat, "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. "


MARIA CUERPO Y ALMA DE LA IGLESIA.

sábado, 8 de agosto de 2015

EVANGELIO DOMINGO 9 DE AGOSTO DE 2015. 19ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO.

Evangelio según San Juan 6,41-51

En aquel tiempo, los judíos criticaban a Jesús porque había dicho: «Yo soy el pan bajado del cielo», y decían: - « ¿No es éste Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?»
Jesús tomó la palabra y les dijo: - «-No critiquéis. Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios.” Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí. No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre. Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»

COMENTARIO.-

Uno de los grandes temas del Evangelio de Juan (escrito sobre los años 90); fue dejar bien asentada la humanidad de Jesús. Porque cuando se escribió este evangelio, ya tenían fuerza algunos de los movimientos gnósticos a los que este evangelio se propone combatir. El peligro de los gnósticos no estaba en que negaran la divinidad de Jesús. Todo lo contrario: lo que no admitían era la humanidad de Jesús.(Castillo).

Por eso lo primero que el evangelio de este domingo nos deja claro es que Jesús era un ser humano; y que la gente lo veía y lo sabía: «¿No es éste Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?», como ocurre en todos los humanos.

Dejado una vez claro la humanidad de Jesús, el evangelista nos desarrolla un discurso teológico impresionante, en el cual nos quiere decir, que Jesús no tiene sentido, si nosotros no nos planteamos el misterio de Dios. Es a través de ese misterio de Dios, como podemos ir a Jesús; porque es a través de la humanidad de Jesús, como vamos a encontrar a Dios. No encontramos a Dios por la divinidad de Jesús, sino por la humanidad de Jesús. Ya que Jesús es Dios, porque Dios se humanizo en Él.

Todo el que piensa que para acercarse a Dios tiene que alejarse de los humano, está deformando a Dios y a Jesús. El camino que tenemos para acercarnos a Dios, es el mismo camino que Dios cogió para acercarse a nosotros, humanizarse.

 Jesús es el pan de la vida, porque, en la medida que somos capaces de alimentarnos de Jesús, seremos capaces de encontrarnos con el inmenso amor de Dios. Dios se humanizo en Jesús, para que comprendiéramos como desde nuestra naturaleza humana podemos construir el Reino de Dios en este mundo.


SI BUSCAS A DIOS, TE ENCONTRARAS CON JESÚS.  PÁSALO.

jueves, 6 de agosto de 2015

LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR.

Evangelio según San Mateo 17, 1-9

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos y su rostro resplandecía como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: "Señor, ¡qué hermoso es estar aquí! Si quieres, haré tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías". Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: "Este es mi Hijo, el amado, el predilecto. Escuchadle". Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y tocándoles les dijo: " Levantaos, no temáis". Al alzar los ojos no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: "No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos".

COMENTARIO.-

La transfiguración del Señor, es un acontecimiento que está narrado en los evangelios sinópticos, en Mt 17, 1-6; Mc 9, 1-8 y Lc 9, 28-36. La Iglesia recuerda este hecho (cuya fecha no está confirmada y verificada) el 6 de agosto y el segundo domingo de cuaresma.

Debemos tener presente al leer este pasaje evangélico; que los evangelios se escribieron 50 o 60 años después de la muerte de Jesús y lógicamente bajo la experiencia religiosa vivida por los apóstoles y del resucitado en las primeras comunidades. Por eso es imposible saber con seguridad lo que, en este episodio, hay de historia real o de experiencia religiosa. En todo caso, lo que debemos es sin duda alguna extraer alguna enseñanza.

La primera enseñanza que debemos sacar es la importancia, que para Jesús tiene la ORACION, como fuente de unión con el Padre. Esto intenta enseñárselo también a sus discípulos, por eso nos dice el evangelio: " Jesús se llevó a Pedro, a Juan y A Santiago a lo alto de una montaña para orar ". El evangelista, nos quiere hacer ver la importancia de la oración en Jesús, de forma que está lo transfiguraba. Es decir, realizaba en él un cambio de forma de modo tal, que revela su verdadera naturaleza. Jesús revela el Dios del Amor, Moisés representa el Dios de la Ley. Jesús es la transformación de lo antiguo a lo nuevo. Esa armonización de lo antiguo a lo nuevo está reflejada en la voz de Dios: " Éste es mi hijo, el escogido; escuchadle”. Quedando más claramente explicado después por el evangelista en la expresión: " Jesús se encontró sólo”. Ósea, que sólo el seguimiento de Jesús es lo que basta.

La segunda enseña, que debemos extraer, de este pasaje evangélico y de la fiesta que celebramos hoy, es si nuestra oración nos transfigura también como a Jesús.
Hay personas que le da más importancia a las leyes religiosas, al templo, al culto religioso, a las imágenes, a los sacerdotes, al papa, olvidándose que lo determinante en nuestra vida es Jesús, y el seguimiento a Jesús, ya que él es la luz y el motor de nuestra vida. Solo él.


También la Iglesia como pueblo, debe escuchar a Jesús, y sentirse llamada a la transfiguración, e invitada a salir de su conformismo, romper con un estilo de vida que sea ha ido conformando con los tiempos y empezar a abrirse y estar atenta a la interpelación que nos llega de los signos de los tiempos.

sábado, 1 de agosto de 2015

EVANGELIO DOMINGO 2 DE AGOSTO 2015. 18ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO.

Evangelio según San Juan 6, 24-35

En aquel tiempo, cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: - «Maestro, ¿cuándo has venido aquí?»
Jesús les contestó: - «Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios.»
Ellos le preguntaron: - «Y, ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?»
Respondió Jesús: - «La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado.»
Le replicaron: - «¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Les dio a comer pan del cielo.”»
Jesús les replicó: - «Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.»
Entonces le dijeron: - «Señor, danos siempre de este pan.»
Jesús les contestó: - «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed.»

COMENTARIO.-

El Evangelio de este domingo es la continuación al del domingo pasado. Recordemos que Jesús realizo signos para revelar el sentido de su persona (domingo pasado), pues nos enseñó que cuando somos capaces de compartir, tenemos para todos y aún más es que sobra. En el Evangelio de este domingo, Jesús comprobará que la gente que acudían a él,  sólo lo hacían buscando sus necesidades materiales, sin comprender verdaderamente lo que Él quería transmitirle.

Por eso, el evangelista en este texto lleno de la experiencia de la fe , nos quiere llevar comprender que el verdadero mensaje de Jesús es llevarnos a la comprensión de la persona de Jesús, porque sólo a través de la fe en Jesús, podremos entender quién es Él y sólo así podremos aceptarlo como comida. Comida que no es material, sino espiritual, independientemente de que para hacer esto es necesario trabajar o procurar por un alimento.

Jesús es el pan de la vida, por que como diría el evangelista en el primer capítulo de sus escritos evangélicos, a Dios no lo ha visto nadie. A Dios sólo podemos llegar a comprenderlo a través de Jesús. Por eso, en la medida que somos capaces de alimentarnos de Jesús, seremos capaces de encontrarnos con el inmenso amor de Dios. Dios se humanizo en Jesús, para que comprendiéramos como desde nuestra naturaleza humana podemos construir el Reino de Dios en este mundo.

EN JESÚS, DIOS ESTÁ POR COMPLETO A FAVOR DEL SER HUMANO.


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